Estado como regulador de la experiencia: cuando ser mujer no es adjetivo.

ANZORENA, CLAUDIA

Luján, Buenos Aires

Jornada; X Jornadas Nacionales de Historia de las Mujeres y V Congreso Iberoamericano de Estudios de Género: “Mujeres y Género: Poder y Política”; 2010

Universidad Nacional de Luján

En objetivo de este trabajo es debatir en torno a las formas en que el Estado trata la inscripción de las diferencias entre los géneros sexuales en el orden social y político, haciendo hincapié en la situación de las mujeres en cuanto son consideradas las principales responsables de la reproducción y del cuidado de la vida humana frágil. Si por un lado la experiencia remite a una amplia gama de registros del mundo anclados a las subjetividades (comportamientos, acciones, pasiones, resistencias, sentimientos, percepciones) por otro lado está, a la vez, vinculada y determinada por condiciones materiales de existencia no elegidas por lxs sujetxs (Ciriza y otras/o, 2009-2011). El Estado opera en el campo de estas condiciones no elegidas donde se inscriben las experiencias: sus leyes y políticas ejercen control sobre los cuerpos y ponen límite y medida a cómo nacemos, vivimos y morimos. Estas inquietudes que comparto son parte de una preocupación más general que gira en torno al tema de las articulaciones entre relaciones de género e intervención estatal en un contexto paradojal de reconocimiento de derechos formales y crecientes desigualdades reales, en las últimas décadas en Argentina. Ser mujer, varón, travesti, transexual… no son adjetivos, sino que las diferencias corporales están profundamente articuladas a los procesos sociales. Sin embargo, los debates en torno al Estado y su intervención, o bien ignoran las especificidades de género o bien ubica a las mujeres en un callejón sin salida entre el rechazo y la resignación. En este sentido consideramos necesario introducir un punto de vista crítico que dé cuenta de la complejidad en los efectos que produce la intervención estatal sobre la vida de las personas.