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Después de más de 40 años de que ?la condición de la mujer? (desfavorable claramente) ingresara en los espacios institucionales como un problema social del que los Estados debían encargarse se ha producido una extensa e intensa cantidad de investigaciones, claves, debates que hoy dan lugar a más preguntas que respuestas. Los feminismos construyeron reivindicaciones que supieron instalar en el espacio público y los Estado fueron impulsados a tomar medidas en relación con una diversidad de problemáticas que en un primer momento parecían propias de un colectivo específico que una discriminación determinada. Con el paso de los años se evidenció que no se trataba de un solo colectivo, sino que las mujeres era un colectivo heterogéneo y que además habían otros que también estaban en situación de subalternidad en función de lo que se dio en llamar ?género?. Además las discriminaciones también estallaron y mostraron su carácter relacional y multideterminado. Estos procesos, complejos y densos, ponen en el foco de la cuestión la difícil y tensa relación entre reivindicaciones feministas e intervención estatal, y abre un abanico de interrogantes en que es preciso ahondar. No se trata simplemente de dar cuenta de los límites de la instucionalización o de la inefectividad de las políticas para solucionar los problemas que se supone atienden.Se trata de preguntarnos por una parte sobre cuestiones más profunda en torno a cómo se van anudando los debates que los feminismos se dan en su interior y cómo construye las demandas, con las formas y función del Estado entendido como un espacio de dispustas y por otra parte en la necesidad de buscar alternativas a lo institucional cuando nuestras prácticas e inquietudes no logran salir del territorio de la ilegalidad.En esta ponencia nos proponemos plantear estos debates