INCIHUSA   20883
INSTITUTO DE CIENCIAS HUMANAS, SOCIALES Y AMBIENTALES
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Experiencia política y escritura de mujeres: Ana María Giacosa
Autor/es:
CABRERA, FEDERICO; GRASSELLI, FABIANA HEBE
Lugar:
Córdoba
Reunión:
Congreso; V Congreso "Género y Sociedad"; 2018
Institución organizadora:
Área Feminismos, Género y Sexualidades (FemGeS) del Centro de Investigaciones María Saleme de Burnichon (CIFFyH), de la FFyH; el Programa y Doctorado de Estudios de Género, Centro de Estudios Avanzados, Facultad de Ciencias Sociales
Resumen:
Este trabajo se propone aportar a un objetivo en el cual se encuentran las líneas de investigación de lxs co-autorxs, el cual responde al propósito de analizar, desde una perspectiva inscripta en el cruce entre estudios culturales y estudios feministas, relatos testimoniales/crónicas/narrativas autobiográficas sobre experiencias políticas de mujeres y disidentes sexuales. Particularmente en esta comunicación se ha abordado la narrativa testimonial de Ana María Giacosa (Jujuy 1940- 1990) a partir de la pregunta por los múltiples vínculos entre su experiencia política como militante peronista y presa política, por un lado, y la práctica de la escritura, por otro. Nos hemos focalizado en los relatos ?Cuando casi fui gobernadora? y ?Cárcel? publicados en el libro Viaje alrededor de mi misma (1982) por cuanto no solo tematizan explícitamente la actuación política de la escritora sino que también dan cuenta de distintas tensiones referidas a la dimensión sexuada de la militancia, a lo individual y lo colectivo y a las condiciones sociales de enunciación. En este sentido, partiendo de un enfoque configurado desde las intersecciones posibles entre los aportes de las teorías feministas y desarrollos conceptuales provenientes del análisis social de los discursos, hemos trazado un recorrido para esta investigación que se configura en la estrecha vinculación entre la interrogación teórica acerca del vínculo entre experiencia política/discursividad social/testimonios de mujeres y el análisis de relatos testimoniales. Así, siguiendo las huellas de las modulaciones propias de las narrativas testimoniales sobre experiencias políticas de mujeres en los años sesenta-setenta, hemos buscado dar cuenta de las relaciones entre el pasado recordado y el presente de la enunciación que articulan estos textos, las formas de narrar las relaciones intra e intergenéricas, los modos de nombrar los cuerpos, las tensiones que exhiben entre lo estético y lo político. Para ello, la estrategia de lectura e interpretación que hemos elaborado se ha nutrido de herramientas provenientes dos vertientes teóricas: 1) las conceptualizaciones de las pensadoras feministas Adriene Rich (1986), Audre Lorde (2007), Dorothy Smith (1989), Shari Stone-Mediatore (1999) y Patrizia Violi (1991) sobre las tensiones que atraviesan a los decires de mujeres; 2) las reflexiones acerca de las posibilidades para la enunciación de discursos testimoniales y contrahegemónicos formuladas por Giorgio Abamben (2002) y Marc Angenot (2010). Articulando las intersecciones y resonancias producidas en ese diálogo ha sido posible re-configurar una mirada desde la cual leer las narrativas testimoniales abordadas. El elemento organizador del itinerario de interpretación es la idea de enunciabilidad que gravita en la relación archivo/testimonio, lo cual implica considerar la enunciación de un discurso habida cuenta de sus condiciones históricas y sus posibilidades de realización. Como señala Agamben, la potencia semántica y performativa de un enunciado testimonial radica en el hecho mismo de que tenga lugar (Agamben, 2000, 144). Esto habilita a considerar los discursos testimoniales como praxis social que se inscribe en el terreno de la historia, y atender a que su emergencia porta la evidencia no sólo de una irrupción en el archivo (lo habilidado socialmente para ser dicho, recordado, nombrado, narrado), sino concomitantemente de un momento de ensanchamiento de los márgenes de aceptabilidad de lo que puede ser relatado y escuchado. En este sentido el concepto de Angenot de discursividad social, entendida como los límites de lo pensable, lo decible y lo argumentable en una instancia específica de la historia (Angenot, 2010), aporta especificaciones teórico-metodológicas que permiten comprender la apertura u oclusión de la enunciabilidad y la audibilidad de ciertos discursos. Desde este enfoque las posibilidades de lo narrable se configuran en un movimiento dialéctico a partir del cual son habilitadas por procesos sociales y políticos, por encuentros de trayectorias marcadas por esos procesos, por entramados de solidaridades entre sujetos/as. Al mismo tiempo, el acontecer mismo del testimonio, su tener lugar, impacta sobre ese devenir histórico, colectivo y subjetivo. Adriene Rich (1986) y Audre Lorde (2007), quienes explican la relación entre vivencias y narrativas de mujeres sobre una noción de experiencia elaborada desde una perspectiva epistemológica que considera la sexuación de lo vivido como clave de interpretación privilegiada. En este sentido, articular esta mirada incluyente de la corporalidad de los/las sujetos, proporciona a la pesquisa un horizonte de reflexión según el cual el lenguaje, en tanto repertorio de discursos disponibles y legitimados en una sociedad y época determinadas, porta las huellas de la dominación patriarcal tendiendo a la neutralización y borramiento de las diferencias (Violi, 1991). Esto permite visibilizar las significaciones de las tensiones, silencios, contradicciones que están presentes en los discursos de mujeres, específicamente sus relatos y testimonios sobre experiencias políticas. Asimismo permite atender a esa dimensión paradojal de esta palabra mujeril, en la cual lo que se narra, atravesado por la encarnadura de un cuerpo sexuado, aparece dicho en los bordes de lo decible y audible, a contrapelo de lo institucionalizado, e impregnado de ecos y murmullos de discursos de otras mujeres silenciados, no escuchados, no dichos todavía. Si como plantea Dorothy Smith la experiencia sólo surge como diálogo entre lo vivido y la necesidad de evocarlo/relatarlo, para uno/a mismo/a o para algún/a interlocutor/a (Smith, 1989), el testimonio posibilita la emergencia de un lenguaje para hablar de lo previamente innominable, lo cual permite un proceso creativo a través del cual se puede llegar a traducir la experiencia en conciencia política (Stone-Mediatore, 1999). Siguiendo la hipótesis de que las formas de recordar/olvidar/narrar/nombrar la experiencia de la sexuación dependen de las condiciones históricas y sociales, y de que existen momentos que marcan inflexiones significativas, hemos advertido en los relatos trabajados que los años setenta se presentan como un tiempo de experimentación política, de condensación, anudamiento y precipitación de acontecimientos que dio lugar a experiencias novedosas de participación de las mujeres. El testimonio de Giacosa, organizado ideológicamente desde un registro que podría caracterizarse como feminista, se construye desde la crítica y denuncia acerca de que las mujeres pagan con su corporalidad sexuada el franqueo de los límites dispuestos para ellas por la cultura patriarcal. Del mismo modo se pone se pone en juego una des-monumentalización, siempre en tensión, de una historia de las mujeres militantes.