CONICET | Buscador de Institutos y Recursos Humanos

El objetivo de este trabajo es poner bajo análisis el concepto de familia, considerando sus alcances y su significación como categoría de estudio para las ciencias sociales. La familia ha sido considerada históricamente la célula básica de la sociedad, a partir de la cual se organizan y se articulan el conjunto de los comportamientos sociales. Ocupa siempre una cierta posición en el espacio social, en relación a las configuraciones económicas, políticas y culturales propias de su medio. Tales configuraciones no son otra cosa que los condicionamientos a los cuales se ven sometidos los miembros del grupo familiar, para garantizar la producción y reproducción de la vida con los recursos disponibles, así como la transmisión de dichos recursos o capitales a los miembros de las nuevas generaciones. Las perspectivas teóricas más tradicionales han considerado a la familia como ámbito de trabajo mancomunado y solidario, en el cual se satisfacen las necesidades de cada uno de sus integrantes. Sin embargo, diversas investigaciones han revelado que la división del trabajo y la asignación de beneficios no son necesariamente equitativos, ni resultan del consenso de los miembros del grupo. En cambio, las relaciones familiares aparecen como el resultado no sólo de la afectividad y la ayuda mutua, sino también del conflicto y los constantes enfrentamientos. La presente ponencia se propone presentar ambos abordajes, revisando los hallazgos empíricos que permiten fundamentar el enfoque que considera a la familia como un campo, atravesado por relaciones de poder en base a dos ejes de diferenciación: la generación y el género. Se procura cimentar una mirada sobre el campo familiar que permita abordar la complejidad de este entramado microsocial, en donde las fuerzas de fusión se entrecruzan cotidianamente con los riesgos de fisión y las tendencias al cambio.