INCIHUSA   20883
INSTITUTO DE CIENCIAS HUMANAS, SOCIALES Y AMBIENTALES
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Reflexiones en torno al papel de la división sexual del trabajo en las medidas para afrontar el desempleo
Autor/es:
ANZORENA, CLAUDIA
Lugar:
Buenos Aires
Reunión:
Congreso; 8º Congreso Nacional de estudios del Trabajo; 2007
Institución organizadora:
ASET
Resumen:
En esta ponencia buscamos poner en debate algunas reflexiones sobre el papel que juegan las relaciones de género respecto de las medidas que implementa el Estado para afrontar los problemas sociales que acarrea el desempleo. A partir de la década de 1990 en Argentina se implementaron una amplia gama de planes sociales tendientes a paliar las consecuencias del desempleo provocado por la aplicación del modelo neoliberal, a los cuales acceden mayormente mujeres. Actualmente estos planes están siendo transformados en subsidios para las familias, que se otorgan a las mujeres con el fin de que se concentren en sus tareas domésticas, y que el varón, si lo hubiera, se dedique al rol de proveedor. Las observaciones que se expondrán son el producto de los avances realizados en un proyecto que busca establecer precisiones en torno al derrotero de las políticas sociales dirigidas hacia mujeres  en  Argentina, y en particular en Mendoza, desde una perspectiva crítica de género y a partir del uso de metodologías cualitativas, basadas en el rastreo y análisis de diversos documentos escritos sobre planes sociales, especialmente pero no exclusivamente, dirigidos a mujeres principal sostén del hogar con menores cargo. En este sentido podemos observar que si bien en las últimas décadas, se han modificado las condiciones del mercado laboral y se ha transformado el Estado, las relaciones sociales de género no parecen alterarse en un sentido profundo: desde el Estado y desde el mercado laboral se sigue considerando a las mujeres como portadoras “naturales” de un “capital humano” que sólo las habilita a ser trabajadoras de segunda categoría, dando por supuesto que sus capacidades están orientadas a la reproducción y al cuidado de la vida. El Estado, para ubicar a las mujeres-madres-pobres-desempleadas en el lugar de las  destinatarias privilegiadas de la asistencia estatal, se sustenta en la división sexual del trabajo y da legitimidad al desempleo femenino, encubierto como “inactividad”, al considerar que es más aceptable que sean ellas las que estén fuera del mercado laboral a que lo estén sus pares masculinos. La condición de las mujeres en el mercado laboral y su exclusión/inclusión están determinadas por las necesidades del sistema productivo, atravesado por las relaciones desiguales de géneros, que no son exclusivas de la esfera de la reproducción. En las condiciones actuales del mercado laboral, un camino para contrarrestar la dinámica expulsiva del mercado y contener el conflicto social es reafirmar los roles socialmente asignados, y hacer sentir a las mujeres excluidas del mercado laboral que las tareas que realizan en “casa” son “productivas”, es decir valiosas, y que deben ceder el lugar para que sean los varones los que “salgan” a buscar empleo. La asignación a determinadas tareas en razón de la diferencia sexual implica la negación de la posibilidad de realizar otras, en este caso buscar empleo para algunas/os sujetos, pero también profundiza la legitimidad de la situación de precarización laboral para las mujeres. De este modo el Estado, a través de sus políticas de transferencia de ingreso o bienes y servicios sociales, interviene sobre la organización de los hogares que tienen necesidad de dicha asistencia, al condicionar cómo deben ser distribuidas las tareas de acuerdo al sexo al interior de la unidad doméstica, y obstaculiza que sean los/as mismos/as miembros quienes dispongan el reparto de las actividades dentro del hogar en las nuevas condiciones.