INCIHUSA   20883
INSTITUTO DE CIENCIAS HUMANAS, SOCIALES Y AMBIENTALES
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Estilo Personal del Terapeuta en Profesionales que trabajan en situaciones de Maltrato Infantil
Autor/es:
CASARI, LEANDRO; MAGNI, XIMENA; MORELATO, GABRIELA SUSANA
Lugar:
Buenos Aires - Universidad Abierta Interamericana
Reunión:
Congreso; Primer Congreso Latinoamericano para el Avance de la Ciencia Psicológica; 2014
Institución organizadora:
Asociación para el Avance de la Ciencia Psicológica (AACP)
Resumen:
El  Estilo Personal del Terapeuta (EPT) se conceptualiza como un constructo multidimensional que está presente en todo proceso terapéutico y describe un conjunto de funciones integradas que en la práctica expresan las disposiciones, rasgos y actitudes que todo terapeuta pone en juego en su ejercicio profesional (Castañeiras et al., 2008). Una de las líneas de investigación del EPT, es evaluar el mismo en terapeutas que trabajan con poblaciones específicas de pacientes. El propósito de esta investigación es indagar el EPT de psicólogos clínicos que se dedican al abordaje de situaciones ligadas al maltrato infantil. Se trata de un estudio Ex Post Facto, Retrospectivo con dos grupos (Montero y León, 2007).  La muestra de este estudio estuvo conformada por 64 psicoterapeutas de la provincia de Mendoza: 32 abocados a la problemática en estudio, 32 psicólogos clínicos. Como instrumento se utilizó el Cuestionario EPT-C (Fernández Álvarez et al., 2003). Los profesionales fueron contactados durante los meses de Julio a Noviembre del año 2013. Se realizó una prueba t de diferencias de medias y se encontraron diferencias significativas en la función Expresiva (p < .05, d= -.71). En este caso, implica que los psicólogos que trabajan en maltrato infantil poseen mayor distancia emocional en el vínculo terapéutico. Estos resultados coinciden con estudios previos en terapeutas de adicciones y de pacientes severamente perturbados (Casari et al., en prensa; Rial et al., 2006). Los mismos pueden deberse al hecho de que el terapeuta clínico tiene la posibilidad de establecer un vínculo terapéutico bastante más cercano que el profesional que trabaja en el ámbito público en situaciones de violencia (Santana, 2007; Velásquez, 2012), ya que en este último, influyen aspectos como la motivación al cambio, la corta frecuencia de los encuentros y la incompatibilidad de experiencias entre el profesional y el paciente.