Características formales y estructurales de los molinos harineros y las bodegas en los siglos XVIII y XIX en el área metropolitana de Mendoza

LORENA MANZINI

Arquitectos de Mendoza. Vol. 1. Los orígenes.

CAM

Lugar: Mendoza, Argentina; Año: 2010;

El presente trabajo se basa y nace de la reflexión sobre el trabajo de investigación de nuestra autoría titulado "Continuidades formales y estructurales entre los molinos harineros y las bodegas en los siglos XVIII y XIX en el área metropolitana de Mendoza." Este fue publicado en el 2007 en X Seminario Iberoamericano de Vitivinicultura y Ciencias Sociales. “De la tierra del Carmenère a la tierra del Malbec”, dictado en la  Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza, Argentina. La producción de harina y de vino como actividades económicas locales en el área metropolitana de Mendoza, tuvieron su origen en el siglo XVI. Estas actividades manifestaron diferentes épocas de apogeo, pero sus desarrollos en forma simultánea permiten comparar y relacionar las obras derivadas de cada una de ellas. Ya sea la actividad de molienda de trigo, como el proceso vitivinícola en sus diferentes etapas, requirieron de obras arquitectónicas, que se materializaron de acuerdo a las demandas productivas, a los materiales, y tecnologías disponibles a nivel local. Si bien cada uno de estos espacios se resolvió de acuerdo a las especificidades y necesidades propias de los tipos de producción de cada época en particular; sostenemos como hipótesis que existieron similitudes formales y estructurales, en los siglos XVIII y XIX, entre los molinos harineros y las bodegas anteriores a la vertiginosa modernización vitivinícola de fines del siglo. Por lo tanto el objetivo de este trabajo está orientado a la determinación y especificación de las características y similitudes formales y estructurales de los molinos y bodegas, en un marco explicativo de la producción arquitectónica local y a la lectura contextual de las obras en los siglos XVIII y XIX. Apelaremos para ello en primer lugar a las fuentes secundarias compuestas por investigaciones históricas, tanto de la evolución de la economía regional como de la historia urbana y arquitectónica de la región, y en segundo lugar a través del análisis de las fuentes primarias disponibles como documentos literarios, gráficos y edificios aún en pie.