La educación que piensa el pasado y se abre al porvenir

CARLOS SKLIAR

Buenos Aires

Congreso; Séptimo Congreso Regional de Educación; 2008

Cátedra UNESCO

Ya se ha escrito demasiado acerca de la crisis del discurso especializado en educación y, también, acerca de la pauperización en sí del discurso educativo sobre la crisis educativa. De hecho ya se han cristalizado dos lenguajes dominantes en el campo educativo: el de la técnica y el de la crítica: ?Por un lado, la lengua en la que se enuncia lo que nos dicen que hay, lo que nos dicen que es (?) Por otro lado, la lengua en la que se enuncia lo que nos dicen que debería haber, lo que nos dicen que debería ser?. [1].Esa duplicidad confiere a la lengua especializada que la pronuncia su propio límite y su propio agotamiento. El lenguaje con el que se habla de la crisis educativa es, generalmente, un lenguaje que ya está en crisis. Por eso, se nos dice, no habría más remedio que seguir naufragando eternamente entre dos aguas: o en las aguas contaminadas de una realidad que se describe a sí misma como la realidad pedagógica ?actual? y, por lo tanto, ?incontestable? (lo que hay, de lo que disponemos: estos jóvenes, estos maestros, estas escuelas, estas didácticas, esta formación, esta transmisión, este currículum, estas universidades) o bien en las aguas secas de una realidad que se designa a sí misma como la realidad pedagógica ?futura? (lo que vendrá: los jóvenes del mañana, los maestros del futuro, las escuelas que vendrán, las didácticas a innovar, el currículum a construir, las universidades a fundar). [1] Jorge Larrosa,  Una lengua para la conversación, En Jorge Larrosa & Carlos Skliar (Coordinadores) Entre pedagogía y literatura, Madrid - Buenos Aires: Miño y Dávila, 2006, pág. 31.