Bañados del Atuel (provincia de La Pampa, Argentina): de humedal a desierto, ¿un camino sin retorno?

DORNES, PABLO; LORENZO, FLORENCIA R.; MEHL, ADRIANA E.; ZÁRATE, MARCELO A.; TRIPALDI, ALFONSINA

Puerto Madryn

Congreso; VII Congreso Argentino de Cuaternario y Geomorfología; 2018

El aprovechamiento humano del recurso hídrico en el piedemonte andino de las provincias de San Juan y Mendoza se inició hace varias centurias, incluso con antecedentes previos a la colonización española del siglo XVI. Esto produjo profundas modificaciones en los regímenes hidrológicos de los ríos y en los ambientes sedimentarios de los sistemas fluviales que integran la cuenca del Bermejo-Desaguadero-Salado-Curacó. Un caso paradigmático lo constituyen los Bañados del Atuel, un extenso humedal hasta mediados del siglo XX, ubicado en un área semiárida en la zona de confluencia con el río Salado en la prov. de La Pampa. En 1806, ocurrió la primera modificación de su régimen hidrológico a partir del desvío de las aguas de su principal afluente, el río Diamante hacia el este (Ruiz Huidobro, 1984). En 1947, la inauguración de la presa del Nihuil en el río Atuel generó un cambio drástico en la dinámica fluvial de su cuenca inferior que condujo al progresivo desecamiento y posterior desaparición del ambiente de humedal. Este hecho tuvo amplias repercusiones sociales (emigración de los pobladores) y políticas (demandas aún vigentes por el uso del agua y de carácter ambiental de La Pampa a Mendoza).En el área de los bañados se han realizado análisis sedimentológicos, geomorfológicos e hidrológicos, que aún continúan, con el propósito de dar respuestas, entre otras, a las siguientes preguntas ¿Cuáles son las condiciones ambientales imperantes en la actualidad? ¿Es posible restablecer el ambiente de humedal? ¿Con qué finalidad? Esta contribución presenta los resultados preliminares obtenidos para responder tales interrogantes. El régimen hidrológico natural del sistema es nival con una marcada estacionalidad, de manera que históricamente los Bañados estuvieron sujetos a cambios en su extensión areal debido a la variabilidad anual de los caudales, con reducción y expansión de las zonas anegables (e.g. lagunas, canales planicie de inundación) (Mehl et al., este congreso). En la actualidad, el sistema del humedal ha sido funcional sólo durante episodios extremos. Tal es el caso del año 1983, como respuesta a un evento El Niño que generó nevadas excepcionales en Cordillera Principal (cabeceras del sistema fluvial y área generatriz del caudal). Posteriormente, hubo reactivaciones parciales del sistema que lograron la conexión con el río Salado en los años 1998, 2001 y 2006; en este contexto sólo uno de los cauces del Atuel (Arroyo de la Barda) es activo. Las aguas son sulfatadas cálcicas, con calidad deteriorada debido a los usos para riego aguas arriba. El cese de los escurrimientos resulta en el predominio de procesos evaporativos en la parte más distal del humedal. Esto determina que las áreas potencialmente inundables sean ambientes sedimentarios con acumulación superficial de sales; allí, el agua subterránea es típicamente clorurada sódica/cálcica y con una calidad no apta para ningún uso debido a sus excesivos tenores salinos (Dornes et al., 2016). En algunas zonas de planicie de inundación, se desarrollan sistemas activos de cárcavas y canalículos, las depresiones secas de los cuerpos lagunares, están sujetas a deflación. En respuesta a la intermitencia de los escurrimientos, existe una drástica invasión de especies exóticas arbustivas (Tamarix sp.) que, además de reemplazar a la flora nativa, compromete severamente la capacidad de conducción de cauces y posee un efecto aún no determinado en el balance hídrico y energético del humedal. Por otro lado, la población del área que basa su economía doméstica de subsistencia en la cría de caprinos y de reducidos rodeos ganaderos, es seriamente afectada durante los episodios de inundación o por la inadecuada calidad del agua durante los periodos sin agua. En consecuencia, la dinámica del área de los Bañados del Atuel está sujeta a una variabilidad hidrológica extrema con intervalos decadales de desecamiento completo interrumpidos por lapsos cortos de reactivación parcial y/ o total del sistema en episodios excepcionales. Ello ha generado también un modificación sustancial de la calidad del agua (salinización) no apta para el consumo humano o animal; incremento de la erosión hídrica y eólica. Con el propósito de restablecer el ambiente de humedal a fin de contribuir al mantenimiento de la biodiversidad, de la calidad del agua y a la activación del río Salado y en consecuencia al sistema del río Colorado, se ha estimado un caudal ambiental (UNLPam, 2005), objeto aún de negociaciones interprovinciales. El restablecimiento aunque sea parcial del ambiente de humedal, plantea un dilema social a partir del aislamiento y repercusiones en la economía de los pobladores del área, adaptados a las condiciones actuales.