INCITAP   20787
INSTITUTO DE CIENCIAS DE LA TIERRA Y AMBIENTALES DE LA PAMPA
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Paleosuelos y niveles límnicos de sucesiones aluviales del Cuaternario tardío, piedemonte de Cordillera Frontal (33º-34º), Mendoza.
Autor/es:
MEHL, A. E
Lugar:
La Plata, Buenos Aires, Argentina
Reunión:
Congreso; 11. IV Congreso Argentino de Cuaternario y Geomorfología. XII Congresso da Associação Brasileira de Estudos do Quaternário. II Reunión sobre el Cuaternario de América del Sur.; 2009
Institución organizadora:
Asociación Argetnian de Cuaternario y Geomorfología
Resumen:
Las sucesiones aluviales del Pleistoceno tardío y Holoceno del Valle de Uco, emplazado en el piedemonte de Cordillera Frontal (33°-34°S), muestran un arreglo sedimentario homogéneo con presencia de sedimentos en general finos (arenas limosas, limos arenosos y limos arcillosos). Los depósitos sedimentarios, tanto pleistocenos como holocenos, exhiben numerosos niveles con contenido de materia orgánica (MO) variable entre 0.8 y 2.5 %; esta cualidad es apreciable en el campo como resultado de la intensificación del color 10 YR (YR: yellow-red, Munsell Color Chart) respecto de los depósitos infra y suprayacentes. El análisis macroscópico y microscópico de dichos niveles en el arroyo (A°) La Estacada y su tributario el A° Anchayuyo, revela la existencia de dos tipos de depósitos con contenido orgánico: suelos aluviales enterrados y niveles límnicos. Los primeros formados a expensas de periodos de estabilidad-equilibrio en los procesos de agradación-degradación que afectan la planicie de inundación del valle fluvial. En dichos periodos habrían actuado procesos pedogenéticos que imprimieron caracteres pedológicos a los sedimentos fluviales. Los suelos aluviales corresponden a niveles tabulares y continuos lateralmente. Presentan horizontes de suelo apreciables de acuerdo con  variaciones, en función de la profundidad del suelo, de la estructura pedológica, textura, color, contenido de MO, carbonato de calcio, óxidos de hierro-manganeso y bioturbaciones; y a partir del reconocimiento de procesos tales como humificación de la MO y precipitación de carbonatos, siendo escasos los rasgos pedogenéticos de eluviación-iluviación de arcillas y MO. Al reactivarse el sistema fluvial y generar agradación sedimentaria en los ambientes inundables adyacentes al canal, los suelos quedaron enterrados y por lo tanto desvinculados de la interfaz suelo-atmósfera donde ocurren los procesos pedológicos. Algunos suelos enterrados exhiben rasgos secundarios de oxidación-reducción alternantes (moteados y nódulos de hierro-manganeso), producidos por la influencia de las oscilaciones del nivel freático en los depósitos de llanura de inundación. Los niveles límnicos, formados en la interfaz sedimento-agua, corresponden a delgadas láminas formadas por lentes ondulosas de MO, inmersas en una matriz sedimentaria de limos arcillosos. La morfología de los niveles límnicos recuerda a los niveles que componen por apilamiento las turbas sedimentarias (sedimentary peats). En los perfiles analizados su presencia se vincula con el ambiente de planicie de inundación aluvial, ya sea por el desarrollo de cuerpos de agua muy pandos y de poca profundidad o de meandros abandonados tipo ox-bow lake. El contenido orgánico deriva de la vegetación desarrollada en la planicie y/o meandro abandonado, o de la depositación de MO acarreada por el agua durante crecidas. La discriminación de un suelo aluvial enterrado permite realizar inferencias acerca de la  dinámica de los sistemas fluviales (pausas o equilibrio en los procesos de agradación-erosión y/o incisión de los cursos de agua) y de la estabilidad del paisaje aluvial. Tanto los suelos aluviales enterrados como los niveles límnicos de menor desarrollo areal, permiten ajustar geocronológicamente (dataciones radiocarbónicas) las sucesiones aluviales; los suelos aluviales enterrados sirven además como herramienta de correlación estratigráfica a nivel local y regional.