INCITAP   20787
INSTITUTO DE CIENCIAS DE LA TIERRA Y AMBIENTALES DE LA PAMPA
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Fallamiento cuaternario en el piedemonte mendocino entre los 33° 20’ y 34°15’S, provincia de Mendoza.
Autor/es:
PERUCCA, LAURA PATRICIA; MEHL, ADRIANA ESTER; ZÁRATE, MARCELO ARÍSTIDES
Lugar:
San Salvador de Jujuy, Jujuy
Reunión:
Congreso; XVII Congreso Geológico Argentino.; 2008
Institución organizadora:
Asociación Argentina de Geología
Resumen:
Se analizan en este trabajo las fallas ubicadas en el piedemonte mendocino, desde el extremo noroeste de la depresión de Tunuyán hasta el río Papagayos por el sur, considerando su posible actividad tectónica durante el Pleistoceno tardío-Holoceno. En las lomas del Jaboncillo (33º 20’S y 69º 15’O) se examinaron tres escarpas de rumbo submeridianal con escarpe al oeste anteriormente estudiadas por Bastías et al. (1993) y García (2004), la de mayor desarrollo al este denominada falla Chupasangral por Bastias et al. (1993). Aunque no fue posible determinar la cinemática de estas fallas, se infirió un carácter inverso para las mismas. No se reconocieron rasgos de actividad neotectónica en la cubierta eólica mantiforme holocena (Formación El Zampal) que circunda las lomadas analizadas. Las lomas del Peral (33º 21’S y 69º 11’O) ubicadas al este de las lomas del Jaboncillo  están afectadas en su borde oriental por una falla de rumbo aproximado N-S con el labio hundido al este, denominada por Polanski (1962) falla Tupungato. En la loma Sola del Diablo (33º 19’S y 69º 10’O) se ubicaron dos fallas inversas con vergencia al este que sobreponen sedimentitas indiferenciadas del Neógeno sobre depósitos fanglomerádicos de la Formación Los Mesones (Pleistoceno inferior, Polanski, 1962). Hacia el sur, en el campo de El Cepillo (33º 58’S y 69º 12’O), departamento  de San Carlos, el piedemonte se encuentra interrumpido por una serie de pequeños cerrillos alineados con rumbo submeridional, cuya máxima expresión es el cerro Chalet. La falla que eleva estos afloramientos graníticos fue denominada por Bastias et al. (1993) falla Chalet.  Es una falla inversa con vergencia al este, que afecta los depósitos de la Fm Los Mesones y de la Fm La Invernada y no los niveles holocenos. Esta falla se ubica paralela al lineamiento Vacas-Tupungato, con rumbo submeridional. Posee una longitud aproximada de 20 km. Afecta el piedemonte de la Cordillera Frontal, con un trazo rectilíneo que al norte del arroyo El Cepillo se encuentra muy próximo al frente montañoso. Si bien esta bajada pedemontana ha sido descripta por Polanski (1953) como una superficie cubierta por los fanglomerados de la Fm Los Mesones y la Fm La Invernada, en este trabajo se consideran superficies de erosión prácticamente sin cubierta aluvional. Los depósitos fanglomerádicos pertenecientes a la Fm La Invernada se encuentran restringidos a los cauces fluviales y valles adosados al frente montañoso y no se han reconocido en el sector los fanglomerados de la Fm Los Mesones. Polanski (1953) describe sobre el cerro Chalet un fanglomerado de 15 m de potencia. Sin embargo en el sector no se ha reconocido este nivel, encontrándose la superficie de roca granítica aflorando sin cubierta sedimentaria alguna. La escarpa de esta falla varía entre 1 y 20 m en el cerro Chalet, donde afloran rocas graníticas del grupo Choiyoy a 1m en los niveles aterrazados pleistocenos del arroyo del mismo nombre. Esta falla inclina 60º al oeste y su Az es 320º.  No se han podido comprobar evidencias de desplazamientos de rumbo ya que en la totalidad de la escarpa la cara libre mira al este con un desplazamiento vertical (inverso). No se descarta una componente lateral (transpresiva) relacionada con la zona de falla Papagayos ubicada más al sur y descripta por Bastias et al. (1993), Tello (1994) y Cortes y Sruoga (1998). La falla Papagayos posee un rumbo NO-SE y una longitud aproximada de 20 km. El labio hundido se encuentra hacia el suroeste y noreste alternadamente, con escarpas elaboradas principalmente en el pedimento rocoso y con una serie de pequeños volcanes alineados al sureste. La estructura habría condicionado la formación de turbales y vegas, tal como se observa en el río Papagayos (Paraje Lagunitas) y del Yaucha. No se encontraron evidencias de la cinemática de la falla pero el cambio de posición de la escarpa, su trazado rectilíneo y la presencia de un volcanismo asociado, señalarían  una cinemática transtensiva en fallas antiguas que fueron reactivadas por la tectónica cuaternaria. La actividad tectónica durante el Cuaternario se manifestaría por la presencia de pliegues y fallas que afectan depósitos aluviales asignados al Pleistoceno en sentido amplio. Aparentemente esta actividad no involucra las unidades depositadas durante el Holoceno, tales como los depósitos de la Formación El Zampal y los médanos y depósitos aluviales actuales. Si bien no se han registrado en la región terremotos destructivos y su sismicidad actual es baja, puede no ser representativa del verdadero potencial sísmico de la región. Los segmentos con actividad tectónica durante el Cuaternario constituyen posibles fuentes sismogénicas para la región. La falta de deformaciones holocenas y la baja sismicidad histórica e instrumental de la región puede no ser representativa de la potencialidad de estas estructuras neotectónicas como generadoras de terremotos destructivos en la región.