INCITAP   20787
INSTITUTO DE CIENCIAS DE LA TIERRA Y AMBIENTALES DE LA PAMPA
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Metamorfismo de contacto en colgajos metamórficos milonitizados del Batolito de Achala, sector occidental de la Quebrada del Condorito, Sierra Grande de Córdoba
Autor/es:
BERNARDI, MAURO IGNACIO; MARTINO, ROBERTO DONATO
Lugar:
Córdoba
Reunión:
Congreso; XIX Congreso Geológico Argentino; 2014
Institución organizadora:
Asociación Geológica Argentina
Resumen:
En la Sierra Grande y su continuación al sur, la Sierra de Comechingones, que conforman el cordón central de las Sierras Pampeanas de Córdoba, se destaca la presencia de grandes intrusiones ígneas con dimensiones batolíticas, de edad principalmente devónica (Rapela et al.,1990, 2008; Sims et al.,1998), integradas por plutones de composición granítica asociados en tiempo y espacio. Estos cuerpos ígneos de morfología romboidal grosera son postectónicos, con contactos netos, discordantes regionalmente con su entorno metamórfico y poseen un pronunciado alargamiento en dirección NNE y NNO (Martino et al., 2012). El batolito de Achala constituye la mayor expresión de este magmatismo devónico en las Sierras de Córdoba. Presenta una geometría romboidal alargada, con orientación general NNE y una extensión de 100 km de largo por 40 km en su parte más ancha, ocupando un área aflorante de ~4000 km2; es de carácter peraluminoso, calcoalcalino y de tipo A (Rapela et al., 2008). El basamento metamórfico proterozoico superior-paleozoico inferior en el que se encuentra alojado está caracterizado por un complejo de gneises de grado medio a alto, fajas y macizos migmáticos y, en menor medida, por la presencia de mármoles y anfibolitas. Este conjunto fue afectado en parte por grandes fajas de deformación dúctil que dieron lugar a la formación de gneises de ojos, milonitas y blastomilonitas (Martino, 2003). El emplazamiento del batolito de Achala en niveles medios de la corteza superior condujo a la remoción e incorporación de fragmentos de parte de su encajonante metamórfico, los cuales habrían sido retenidos cerca de los niveles superiores de la cámara magmática y posiblemente reorientados por la dinámica interna del fundido, yaciendo actualmente como colgajos de techo. Durante su estancia en el magma, estos fragmentos habrían sido afectados térmicamente, con la consecuente aparición de nuevas paragénesis minerales en equilibrio y recristalización parcial, afectando también a las rocas en el inmediato contacto de los márgenes del batolito. Allí donde la composición ha sido adecuada (pelítica-semipelítica), se han formado corneanas cordieríticas (Gordillo, 1973, 1979; Lira 1985; Baldo, 1992). Es decir, esos colgajos han sido afectados por tres tipos de metamorfismo: regional, dinámico dúctil y de contacto. Los colgajos metamórficos aflorantes en el sector occidental de la quebrada del Condorito, en los alrededores de las nacientes del río homónimo (31° 41′ S - 64° 48´ O), presentan tamaños muy variables, que van desde decenas a centenas de metros con algunos cuerpos menores, los que no superan los 5 metros de longitud. La geometría en planta de los tabiques metamórficos de mayor tamaño es con frecuencia irregular y alargada en sentido norte-sur, mientras que los de menor tamaño presentan formas tabulares y acuñadas, con orientaciones similares a los de mayor extensión. Los contactos granito-metamorfíta son netos y angulosos, y están frecuentemente inyectados por filones pegmatíticos y cuarzosos. La litología de los colgajos metamórficos está representada principalmente por gneises y esquistos ricos en biotita, con texturas miloníticas sobrepuestas, que exhiben porfidoclastos redondeados de plagioclasa y ocasionalmente granate, feldespato potásico, o bien, agregados policristalinos de plagioclasa, cuarzo y biotita. Los porfidoclastos y agregados llegan a ocupar hasta un 20-25% en volumen de la roca. A estas características se le sobreponen, a su vez, las texturas del metamorfismo de contacto. El metamorfismo de contacto que afectó a estos cuerpos se encuentra registrado principalmente por la presencia de cordierita poiquilítica, originada por la reacción Bt + Sil + Qtz = Crd + Bt + Ms, y por texturas de reacción en el granate regional, el cual, frente a las nuevas condiciones de alta temperatura y baja a media presión, evolucionó a un mosaico granoblástico y poiquilítico formado por cordierita xenoblástica (a veces presentando maclado cíclico), biotita, minerales opacos y cuarzo, según la reacción Grt + Bt = Crd + Bt + Op + Qtz. Frecuentemente se observan remanentes angulosos del granate conservados dentro del agregado policristalino. Este último puede apreciarse a simple vista, formando máculas azuladas con tamaños que varían entre 0,5 y 2 cm, sobrepuestas a la foliación metamórfica regional previa. Estas rocas se han clasificado como milonitas y gneises miloníticos, derivados de gneises y esquistos regionales, en los cuales el metamorfismo de contacto que las afectó posteriormente sobrepuso texturas de metamorfismo de contacto generando semihornfels cordieríticos en facies de hornfels hornbléndicos. Los colgajos metamórficos relevados en el área estudiada exhiben, en general, disposiciones paralelas a subparalelas entre sí, con rumbos noroeste-sureste direcciones de buzamiento predominantemente hacia el ESE y dispersión en los valores angulares de inclinación. Se interpreta que la orientación espacial de los tabiques metamórficos se encontraría estrechamente relacionada con la dinámica magmática durante su emplazamiento y estructuración, debido a que se determinó que el granito intercalado entre ellos muestra fajas de fluidalidad magmática casi paralelas a la disposición general de los colgajos metamórficos. La variabilidad en los valores de buzamiento permitiría inferir que los cuerpos fueron rotados al ser incorporados, o al menos basculados in situ desde su posición original, como consecuencia de la interacción entre ellos y la dinámica interna de la cámara magmática. Se interpreta que estos colgajos de gneises y esquistos milonitizados y, a su vez, afectados por el metamorfismo de contacto, alojados en este sector interno del batolito de Achala, habrían pertenecido a alguna de las fajas de deformación dúctil pre-devónicas que afectaron parte del basamento pampeano a esta latitud (Martino, 2003). Esto se infiere teniendo en cuenta que, a unos 20 km al noroeste del área estudiada, la faja Ambul-Mussi, de rumbo general noroeste-sureste, es cortada discordantemente por el borde centro-occidental del batolito de Achala, mientras que al sur, éste intruye al extremo norte de la faja de deformación dúctil Guacha Corral. Las evidencias de campo indican que las rocas que conforman los colgajos metamórficos expuestos en la zona estudiada son similares a las de la faja de deformación Ambul-Mussi.