Caracterización física y petrológica de tres coladas basálticas neógeno-cuaternarias ubicadas en la región sureste de Payunia, retroarco extraandino de las provincias de Mendoza y La Pampa, Argentina

BERNARDI, MAURO; BERTOTTO G USTAVO W.; JALOWITZKI, TIAGO L.R.; ORIHASHI, YUJI; PONCE ALEXIS D.

San Luis

Simposio; 2º SIMPOSIO sobre PETROLOGÍA ÍGNEA y METALOGÉNESIS ASOCIADA; 2013

Se llevó a cabo la caracterización física y petrológica de tres coladas basálticas ubicadas en el sector limítrofe de las provincias de La Pampa y Mendoza, entre los 37°15´ y 37°30´de latitud sur y los 68°43´ y 67°55´ de longitud oeste. Las mismas fueron denominadas "Colada el Corcobo" (CEC), "Colada Valle del Colorado" (CVC), "Colada Pampa de Ranquelco" (CPR), con posibles orígenes en el volcán Huanul, volcán Morado y en el Campo Volcánico Chachahuén, respectivamente. La colada Pampa de Ranquelco es la de mayor tamaño con 118 km de largo, abarcando un área de más de 1000 km2. La colada El Corcobo registra una longitud máxima de 75 km en uno de sus brazos principales, mientras que la colada Valle del Colorado comprende un pequeño derrame de 3 km de extensión máxima. Los tres flujos son del tipo pahoehoe, presentan dirección este-sureste y se asientan sobre un sustrato conformado por terrenos volcánicos previos y sedimentitas cretácico-terciarias, en una región donde la tectónica andina produjo un relieve mesetiforme y escalonado sobre el cual se desplazaron las coladas (Holmberg, 1962). Los flujos lávicos estudiados se presentan, por lo general, con espesores uniformes y techos planos interceptados por una fracturación columnar de sección seudohexagonal. Por sectores se observa un relieve de tipo hummoky debido a la presencia de estructuras asociadas a hinchamiento por inyección de lava (lava rises, túmulos) o bien hundimientos por colapso de las mismas (lava pits). A escala de afloramiento cada unidad de flujo presenta dos sectores vesiculares; un sector superior vesicular grueso que constituye entre el 30 y 50% del espesor total del flujo y un sector inferior vesicular-escoriáceo, de menor desarrollo. Ambos rodean una zona central densa, donde las vesículas están ausentes o bien concentradas en láminas horizontales o cilindros elongados subverticales (pipes) que presentan diferencias petrológicas respecto al basalto hospedante. El sector vesicular superior representa la corteza que se forma por enfriamiento durante el desplazamiento del flujo, la cual aloja las burbujas que ascienden desde la zona central de la colada. El sector vesicular inferior no siempre aflora; se trata de una corteza delgada con una estructura netamente vesicular a escoriácea, con repliegues y rugosidades producidas como consecuencia de la fricción del flujo sobre el sustrato. Este patrón de zonación y las características morfológicas de los flujos lávicos mencionadas anteriormente, fueron documentadas en flujos activos de Hawái en donde se utilizaron para definir un mecanismo de emplazamiento denominado inflación (inflation) (Hon et al, 1994). Se infiere que los tres flujos lávicos aquí estudiados se emplazaron a través de este mecanismo. La petrografía del sector vesicular superior muestra similitudes con la del sector central masivo, siendo las de mayor frecuencia las texturas porfíricas-glomeroporfíricas con pastas holocristalinas intergranulares. Los fenocristales están representados principalmente por olivino y plagioclasa de aspecto fresco y en menor medida por clinopiroxeno de hábito columnar. Las pastas por lo general presentan microlitos de plagioclasa subhedral, de disposición normalmente subparalela a caótica y clinopiroxeno anhedral e intersticial. En menor proporción aparece olivino ehuedro a subhedro y minerales opacos. Cuando la estructura de la muestra es vesicular, las vesículas ocupan hasta el 40-45% del volumen, con relleno parcial de carbonatos y en algunos casos de minerales magmáticos (posiblemente residuales) representados por plagioclasa - olivino - minerales opacos - apatita y vidrio. Las regiones vesiculares basales de los flujos lávicos muestran en general microtextura porfírica a glomeroporfírica con pastas hipocristalinas de tipo intersertal a hialoofítica asociadas a un rápido enfriamiento en contacto directo con el sustrato. Geoquímicamente estas rocas clasifican como basaltos y traquibasaltos (hawaitas) correspondientes a la serie alcalina sódica. El parámetro #mg varía entre 0,45 y 0,58. El valor más bajo corresponde a la colada CVC, indicando un mayor grado de diferenciación con respecto a las otras dos coladas estudiadas. Los diagramas de variación de óxidos vs #mg arrojaron los siguientes resultados: 1) correlación negativa con SiO2 y TiO2 en las tres coladas; 2) correlación positiva de la colada CPR para el CaO y K2O y negativa para el Na2O; 3) correlación negativa para el K2O en las coladas CEC y CVC; 4) en el diagrama Na2O vs #mg, las rocas de la colada CVC definen una correlación positiva; 5) correlación negativa de Al2O3 respecto al #mg en las muestras del flujo lávico CVC. El cálculo de la Norma CIPW determinó que las muestras correspondientes a las coladas CEC y CVC presentan nefelina normativa mientras que la colada CPR presenta hipersteno en la norma. Los valores de elementos traza fueron comparados con datos del arco volcánico a la latitud de 38°40´ S (Hickey et al. 1986) y con basaltos transicionales y cratónicos de Patagonia (Stern et al. 1990). Las concentraciones de los elementos traza en las muestras aquí estudiadas están dentro del ámbito de variación de los basaltos transicionales, a excepción de aquellas correspondientes a la colada CPR proveniente del Campo Volcánico Chachahuén, las cuales presentan menores contenidos de los elementos incompatibles Rb, Ba, Nb, Th y Ta. En el diagrama de elementos traza extendido, se observa una anomalía negativa de Th y positiva de Ba, excepto el caso del Ba en la colada CPR la cual muestra una pequeña anomalía negativa para este elemento.