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Dos tipos de trazas fósiles bioerosivas vinculadas al crecimiento de raíces, asignadas a las categorías etológicas Sphenoichnia y Corrosichnia, fueron descriptas sobre restos de vertebrados fósiles miocenos de la Formación Cerro Azul en La Pampa (Argentina). La primera fue interpretada como marcas de raicillas desarrolladas en la interfase hueso - sedimento poco después del enterramiento. Se vinculó su presencia con el desarrollo de una cobertura herbácea sobre el suelo donde los restos estaban depositados. Las trazas fósiles de la otra categoría, Corrosichnia, están representadas por marcas dendríticas de mayor tamaño, con disolución y pérdida de material superficial, y cambio de color en el área afectada. Por sus características se sugirió que estaría vinculada al desarrollo de raíces sobre los restos fósiles en etapas diagenéticas más tardías que en el caso anterior. Entre los vertebrados de la asociación faunística del Mioceno tardío, recolectados recientemente en Salinas Grandes de Hidalgo, fue hallada una hemimandíbula de un Glyptodontidae (Mammalia, Xenarthra) cuya superficie labial muestra una traza superficial con caracteres similares a Corrosichnia. El fósil estaba semienterrado en la base del perfil, en un área cercana a la salina. Al extraerlo se observó que entre el fósil y el sedimento circundante, levemente cementado por carbonato de calcio, se encontraban restos de raíces actuales, en estado de descomposición. El desarrollo de estas raíces dejó marcas dendríticas en ambos sustratos (fósil y sedimento). En el fósil las marcas son superficiales y con cambio de color vinculado con la presencia de materia orgánica. En el sedimento las marcas son más profundas, con perfil en U y leve cambio de color. La presencia de esta traza incipiente, similar a Corrosichnia, sobre un resto fósil, confirma que ésta se puede producir en etapas diagenéticas muy tardías con respecto al enterramiento del resto.