CONICET | Buscador de Institutos y Recursos Humanos

El estudio de la nutrición fúngica implica el análisis de los tipos y cantidades de nutrientes que sostendrán el crecimiento y la diferenciación. Debido a su gran plasticidad fisiológica, la mayoría de los hongos no producen órganos especializados para la nutrición. Las consecuencias de los cambios en las condiciones nutricionales se pueden observar en toda la colonia vegetativa. Además de la variación en la tasa de crecimiento, los cambios observables ocurren también al nivel de la diferenciación. Los hongos responden homeostáticamente a las variaciones en las condiciones nutricionales que involucran cambios cuali y cuantitativos de numerosos procesos. La manera por la cual los hongos obtienen nutrientes del medio los distingue de las plantas y de los animales y es responsable de su hábito de crecimiento. En su modo de nutrición los hongos son heterótrofos, ya que obtienen las sustancias orgánicas del medio. Estos digieren externamente algunas de esas sustancias debido a la producción de enzimas hidrolíticas. Dichas enzimas rompen el sustrato en pequeñas subunidades, las cuales pueden ser absorbidas. Existe una enorme variedad de sustancias que los hongos pueden utilizar como fuente de energía. Las distintas especies son generalmente selectivas en cuanto a sus requerimientos nutricionales y pueden crecer sólo sobre determinados sustratos. Este puede ser utilizado como tal cuando el organismo es capaz de sintetizar las enzimas necesarias para la hidrólisis extracelular; posee los mecanismos necesarios para el ingreso de dichos productos y la maquinaria metabólica necesaria para convertir las moléculas en energía celular y moléculas para crecimiento y desarrollo. Estas características, que indican un modo de nutrición absortiva, permiten la colonización de un gran número de habitats y nichos ecológicos que los hongos pueden explotar.