CIBICI   14215
CENTRO DE INVESTIGACION EN BIOQUIMICA CLINICA E INMUNOLOGIA
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
La cuenca del Río Suquía (Córdoba, Argentina), un mal ejemplo de conservación. Efecto de contaminantes sobre diversos niveles de organización en diferentes organismos acuáticos autóctonos.
Autor/es:
WUNDERLIN, D. A.
Lugar:
SANTA FE
Reunión:
Congreso; III° Congreso SETAC-AR (Society for Environmental Toxicology and Chemistry, Capítulo Argentino).; 2010
Institución organizadora:
SETAC-AR
Resumen:
La cuenca del Río Suquía comienza en las Sierras Grandes (Cba.) y escurre de oeste a este hasta desembocar en la Laguna Mar Chiquita. En la cuenca alta, el río recibe aporte de localidades con alta carga turística y baja infraestructura de saneamiento (Carlos Paz, Cosquín, etc.) y también escorrentías serranas, muchas veces afectadas por incendios forestales. Esta situación ha causado la eutroficación del Lago San Roque, con producción de cianobacterias y cianotoxinas. A partir del dique San Roque, el Suquía fluye a través de las Sierras Chicas (Cba.) y luego recibe el aporte de la Ciudad de Córdoba, con escorrentías urbanas y cloacales no controladas que, sumado a las deposiciones ambientales, ocasiona el mayor deterioro observado en el río. Finalmente, el río escurre en su cuenca baja a través de una zona de cultivo intensivo, donde recibe aportes de agroquímicos procedentes de los campos vecinos, junto con más escorrentías urbanas no controladas. A consecuencia de las múltiples fuentes de contaminación, el río presenta un gradiente ambiental negativo desde sus orígenes hasta su desembocadura, representado por un aumento en los niveles de diversos contaminantes. Así puede observarse aumento en concentraciones de metales en agua y sedimento, eutroficación en el Lago San Roque con producción de cianotoxinas, presencia de contaminantes orgánicos en la cuenca media y baja, presencia de agroquímicos sobre su desembocadura, en definitiva, un decálogo de todo lo que un río no debería tener, en particular si se considera que en invierno el Suquía tiene un módulo de 6m3/seg antes de Córdoba, escasos 1,5-2 m3/seg a través de Córdoba, y aproximadamente 5 m3/seg después de la descarga cloacal de la ciudad. Este gradiente ambiental se hace sentir sobre la biota presente en el río. Peces, plantas acuáticas, crustáceos y hasta las bacterias que lo habitan presentan cambios asociables a la contaminación. Dichos cambios van desde modificaciones a nivel molecular (cambios en expresión de ADN/ ARN), pasando por cambios a nivel fisiológico (alteración en enzimas de detoxificación y de defensa anti-estrés, disrupción endócrina, etc.), morfológico (alteraciones en tejidos y órganos por efecto de contaminantes), conductuales (cambio de conducta en peces expuestos a tóxicos ambientales), hasta llegar a cambios en comunidades (modificación en riqueza y abundancia de peces a lo largo de la cuenca, cambio en la estructura de comunidades bacterianas). Es decir, el “laboratorio” Suquía permite verificar casi todos los tipos de efectos negativos descriptos en la literatura de ecotoxicología, por acción de una gran variedad de tóxicos (desde inorgánicos hasta orgánicos de síntesis, pasando por toxinas naturales). Se presentan resultados de la investigación desarrollada por el grupo en los últimos años, con especial énfasis en la interdisciplina necesaria para abordar situaciones complejas, derivadas de contaminación múltiple, como la observable en el Río Suquía. Los organismos que permiten verificar los efectos antes descriptos van desde especies autóctonas hasta introducidas. Nosotros ponemos especial énfasis en el uso de especies autóctonas como biomonitores, ya que son las que sufren la contaminación y en las que menos estudios sobre los efectos se reportan en la literatura internacional.