INIQUI   05448
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES PARA LA INDUSTRIA QUIMICA
Unidad Ejecutora - UE
capítulos de libros
Título:
Probióticos en Apicultura
Autor/es:
AUDISIO, MARCELA CARINA; BENÍTEZ-AHRENDTS, MARCELO R; APELLA, MARÍA C.; EGUARAS, MARTÍN J.
Libro:
Probióticos y Salud
Editorial:
Ediciones Díaz de Santos
Referencias:
Lugar: Granada, España; Año: 2012; p. 449 - 463
Resumen:
La aparición y evolución de enfermedad, en general, están relacionadas al estrés generado por distintas causas. En el caso de las abejas, no sólo debe producirse el contacto de la abeja con el agente infeccioso, por ejemplo esporas bacterianas o fúngicas, sino que es necesario que actúen causas predisponentes como factores ambientales y de manejo sobre la cría. Un “remedio” ideal debe ser inocuo para abejas adultas y cría, no dejar residuos en los productos apícolas, principalmente en la miel, ser persistente y fácil de emplear. Con esa premisa en mente, se puede pensar en los suplementos probióticos. En general, las fórmulas probióticas están compuestas por bacterias lácticas; sin embargo, algunas especies del género Bacillus han sido utilizadas para bacterioterapia y bacterioprofilaxis de algunos desórdenes intestinales, no sólo en suplementos probióticos para el hombre sino también en productos de uso veterinario. El primer paso en la selección de cepas probióticas es la especificidad de especie o huésped; esto es, si se desea formular un suplemento probiótico para abejas, las cepas deberían ser aisladas de abejas. Además, deben presentar o exhibir algunos de los siguientes criterios de selección: no tóxicas y no patógenas, capaces de actuar en el sitio blanco; producir sustancias antimicrobianas (ácidos grasos de cadena corta; ácido láctico; bacteriocinas o sustancias tipo-bacteriocinas); capacidad de sobrevivir y proliferar en las condiciones del tracto gastrointestinal (resistencia a sales biliares y acidez gástrica); adherirse a epitelio o tejido intestinal; ejercer un efecto antagónico hacia microorganismos patógenos; estimular la respuesta inmune; capacidad de producir beneficios clínicos bien documentados; conservar sus características durante la preparación, el almacenamiento y la comercialización. Es interesante destacar que si bien sólo existe experiencia en el empleo de los lactobacilos en aves y mamíferos, su empleo en abejas se hace posible puesto que se ha señalado su presencia junto con otras bacterias como responsable de los cambios metabólicos y procesos fermentativos que permiten la preservación de los alimentos que preparan las mismas abejas al transformar el polen almacenado en pan de abeja o papilla basta (bee bread, en inglés). En este proceso intervienen diversos microorganismos que se van sucediendo hasta que finalmente predominan bacterias del género Lactobacillus y levaduras. Este pan de abeja es el alimento que las abejas nodrizas dan a las larvas en el cuadro de cría. Si se añade bacterias lácticas que hayan sido seleccionadas según algún criterio determinado de selección, por ejemplo inhibición de algún microorganismo patógeno para la abeja, se podría colaborar con la presencia de bacterias lácticas en el alimento que recibirá la cría. En bibliografía, existe sólo un artículo donde se analiza el uso de microorganismos como probióticos en abejas. En dicho trabajo, las cepas estudiadas: Bifidobacterium bifidum y longus, Lactobacillus acidophilus, rhamnosus y reuteri no fueron aisladas de la abeja sino que procedían de diferentes formulaciones probióticas para el ser humano. En estudios realizados en la República Argentina, se eligieron en primer lugar cepas de bacterias lácticas aisladas del tracto gastrointestinal de abejas criadas en colmenas de la provincia de Salta que, a través de diferentes mecanismos, inhibieron in vitro a los siguientes patógenos de la abeja melífera: P. larvae y A. apis. Además, se aislaron bacterias del género Bacillus que también presentaron efecto antagónico sobre dichos patógenos de las abejas. Estas cepas sintetizaron surfactinas, algunos compuestos antifúngicos  y otros lipopéptidos.