IMEX   05356
INSTITUTO DE MEDICINA EXPERIMENTAL
Unidad Ejecutora - UE
artículos
Título:
Resistencia Concomitante Antitumoral: un posible mecanismo de control de las metástasis
Autor/es:
RUGGIERO, RAÚL A.
Revista:
La Prensa Médica Argentina
Editorial:
Ediciones Médicas del Sur
Referencias:
Lugar: Buenos Aires; Año: 2017 vol. 103 p. 331 - 345
ISSN:
0032-745X
Resumen:
Dicen que veinte años no es nada. Pero treinta y nueve años (los que llevo trabajando en la Academia Nacional de Medicina) creo que ya comienzan a ser algo. Cuando miro hacia atrás a veces me sorprende comprobar la gran cantidad de personas a quienes debo agradecer su generosa ayuda. Entre todas ellas, aparte de la Dra Pasqualini, sobresale nítidamente la imagen noble, inteligente y extraordinariamente generosa de dos personas ?ya fallecidas - Juan Portaluppi y Antonio Morales, jefe y sub-jefe técnicos y pilares de la Sección por casi 50 años. Como ya indiqué arriba, el trabajo sobre el fenómeno de RC comenzó en los 80? del siglo pasado. Lo que no dije es que en esa década, cuando se iniciaron estas investigaciones, y en parte de la década siguiente, durante las cuales la Dra Pasqualini fue la jefa de la Sección Leucemia Experimental (hoy Oncología Experimental) antes de ocupar su sitial como primera mujer académica de la Academia Nacional de Medicina de Buenos Aires, esa Sección fue el lugar más agradable para trabajar que uno pudiera imaginarse. Éramos unas 25 o 30 personas entre investigadores, becarios y personal técnico. La mayoría de los investigadores éramos muy jóvenes pero llegamos a publicar en las mejores revistas de oncología de la época. Y además, había entre todos, un clima de gran compañerismo y amistad y una disposición a colaborar desinteresadamente que, desafortunadamente, no he visto casi en ningún otro lado.Y debajo de esa trama estaba, sosteniéndolo todo, la Dra Christiane D. Pasqualini. Ella nos estimulaba permanentemente a trabajar sin descanso, a escribir, a presentar comunicaciones en congresos y a publicar. Y, lo más importante, nos estimulaba a pensar libremente, no ateniéndonos a los dogmas, a las cosas establecidas, tratando siempre de ir más allá de lo obvio. Y todo lo hacía sin un ápice de nostalgia por tiempos idos y mejores. Y eso que ella había trabajado con los mejores: en Canadá, con Hans Selye, el mago del Stress; y aquí en Argentina, fue becaria de Houssay y compartió el laboratorio con Leloir, Braun Menéndez, el Dr. Pasqualini (que luego sería su esposo), Foglia, Lanari, etc. No, ella siempre miraba hacia el futuro, siempre con entusiasmo, procurando que sintiéramos su alegría por ese tiempo lleno de trabajo y esperanzas, en el que lo nuevo y lo desconocido siempre parecían al alcance de la mano. Tal vez nada ejemplifique mejor su prédica que estas palabras de Albert Einstein que ella tenía sobre su escritorio: ?Lo más hermoso de la vida ? decía Einstein ? es lo insondable, lo que está lleno de misterio. Ese es el sentimiento básico que se encuentra junto a la cuna del arte verdadero y de la auténtica ciencia. El que no lo experimenta así, el que no es capaz de asombrarse o de admirar está como muerto por decirlo así y con la mirada apagada?. Por eso, todos los que fuimos discípulos directos de ella (y mi generación fue la última en serlo) podemos decir, sin duda, (tomando prestada una dedicatoria de Carl Sagan) que en medio de la vastedad del espacio y de la inmensidad del tiempo, fue muy grato compartir un planeta y una época con Christiane.