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En la provincia de Misiones la arqueología prehispánica se desarrolló tempranamente(Ambrosetti, 1895), pero los estudios fueron realizados mayormente con un carácter puntual yno condujeron, salvo algunas excepciones (Poujade, 1995; Sempé et al., 2003; Iriarte et al.,2010), a programas de investigación sistemáticos. Además, se concentraron fundamentalmenteen ciertas áreas geográficas, generando un gran vacío arqueológico en amplias zonas de laprovincia (Poujade, 1995). A partir del año 2019 se ha comenzado a implementar un proyectosistemático de relevamiento y prospección arqueológica en dos áreas de gran interés desde elpunto de vista arqueológico, pero también desde la conservación y el turismo: el ParqueNacional Iguazú y la Reserva de Biósfera Yabotí.Geomorfológicamente el paisaje misionero se desarrolló principalmente por ciclos deerosión fluvial a expensas de una meseta basáltica original, que ha sido prácticamente eliminadaa excepción de relictos en el noreste misionero y ha dejado diferentes ?niveles? o superficies depaisaje (Iriondo & Kröhling, 2008). La erosión de esta meseta basáltica durante el terciario diolugar a una superficie de colinas suavemente onduladas coincidente con las serranías del centrode Misiones que, a su vez, durante el Plioceno sufrió el desarrollo de incisiones fluvialesprofundas y regresión de las escarpas constituyendo los valles afluentes del Uruguay y Paraná(Iriondo, 2010). Sobre estas superficies se depositó a modo de manto durante el PleistocenoSuperior y el Holoceno Superior la formación Oberá, que corresponde a sedimentos eólicosfinos, caracterizados como un loess tropical (Iriondo, 2008). Esta génesis geomorfológicacondujo, en el presente, a la conformación de un paisaje escarpado, donde la dinámica fluvialactúa aún con elevada energía y por tanto se constituye como un agente de gran importancia enla historia tafonómica de los contextos arqueológicos.