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La familia Calloporidae está representada en todos los mares del mundo. Contiene más de 650 especies asignadas a 79 géneros, que abarcan desde el período Cretácico hasta la actualidad. Se cree que esta familia de briozoos posee una morfología fundamental a partir de la cual irradiaron distintas líneas de queilostomados, ya que la estructura típica de Callopora está presente en las ancéstrulas (zooides primarios) que dan origen por brotación a las colonias de muchos Ascophora. El material fue tratado con hipoclorito de sodio, metalizado con oro/paladio y fotografiado en el microscopio electrónico de barrido Phillips XL-30 del Museo Argentino de Ciencias Naturales. Se hallaron dos nuevas especies de esta familia en muestras de bentos provenientes de la plataforma continental argentina frente a Tierra del Fuego y Santa Cruz. Las colonias incrustaban rodados en fondos gravosos a profundidades entre 76 y 183 m. Una de las nuevas especies se caracteriza porque su ovicela (estructura de incubación de los embriones) está asociada a un quenozooide (zooide abortivo) distal, lo que justifica la creación de un nuevo género. Dentro del mismo puede incluirse también a Aplousina grandipora Moyano, 1991, descripta para el talud continental frente al norte de Chile, a una profundidad de 1400-1800 m, que se diferencia porque su ectooecio (capa calcárea exterior de la ovicela) no se encuentra hendido en la línea media como en la especie del Atlántico Sudoccidental. El otro representante aún no descripto de esta familia puede asignarse a Aplousina Canu & Bassler, 1927, pero se diferencia de los restantes miembros del género por las características de su ovicela. Estos hallazgos indican que a pesar de los intensos muestreos llevados a cabo durante casi dos siglos, aún no se ha logrado tener un conocimiento completo de la biodiversidad de briozoos en el extremo austral de América del Sur.