IDH   23901
INSTITUTO DE HUMANIDADES
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
América en el debate por la historia. Lecturas de Spengler en la Revista de Filosofía
Autor/es:
GALFIONE, MARÍA CARLA
Lugar:
Catamarca
Reunión:
Jornada; XVII Jornadas Interescuelas/Departamentos de Historia; 2019
Institución organizadora:
Universidad de Catamarca
Resumen:
Buena parte de las formulaciones que en la década de 1920 sugerían algún protagonismo de América en la dirección del mundo se apoyaban en el diagnóstico de Spengler. La descripción de un occidente en decadencia no sólo era la denuncia del fin de un ciclo vital, sino que también sugería la necesidad novedades a las que esa conclusión daba paso. Spengler no señalaba a América, pero su relativismo permitía pensarla como opción y fue la posición elegida por varios intelectuales argentinos.No obstante, el escenario de lecturas del alemán en Argentina no era completamente homogéneo y se suscitaban variadas discusiones que ponían en evidencia tanto una diferente valoración de las tesis de La decadencia en Occidente, cuanto de algunos de los supuestos que las sostenían. En la ponencia nos ocupamos de la lectura que se desplegaba en la Revista de Filosofía, en donde es recurrente un debate que enfrentaba posturas afines a Spengler con otras que cuestionaban esa posición.En la revista porteña encontramos argumentos bien variados. Desde una crítica erudita a las herramientas de la física de las que buscaba asirse el relativismo spengleriano, hasta una advertencia sobre de las implicancias políticas de ese planteo. Si la teoría de la relatividad no podía comprenderse, para muchos, sino dentro de un marco de totalidades que invocaba algunos de los presupuestos más caros del pensamiento occidental, del mismo modo, la confianza en la ciencia seguía siendo la condición para pensar la historia. Para los autores de la Revista, no era necesario, ni recomendable, renunciar a la confianza que hasta entonces se le había otorgado a la razón. La crítica a la guerra y al avance técnico de las potencias occidentales era moneda corriente, pero si América podía constituirse como respuesta ante un futuro incierto, ello no dependía sino de la profundización de ciertos aspectos de ese saber científico y de la posibilidad de examinar su potencialidad en términos sociales. La novedad no era lógica, sino social y política.Revisar ese debate nos permite reconocer que en esos 20 América es un concepto que ayuda a dar cuenta de variadas valoraciones de la historia occidental. América entra en escena a partir de una crisis, pero el modo de definir las condiciones de ese protagonismo depende de cómo se describa ese trance. Esos diferentes diagnósticos pueden atravesar, incluso, las posiciones antiimperialistas.