Cuando el espacio es dominado por los animales. Estudio de caso del panteón bestiario en la región de Tiahuanaco y Jesús de Machaca.

LUIS SALVADOR ARANO ROMERO

Sucre

Congreso; IX Congreso internacional de la Asociación de Estudios Bolivianos; 2017

Asociación de Estudios Bolivianos

Este trabajo presenta los resultados de una serie de estudios etnográficos que pretenden vislumbrar la concepción del espacio en las sociedades del Altiplano Norte en territorio boliviano, específicamente en la región de Tiahuanaco y Jesús de Machaca. Si bien las sociedades contemporáneas han sufrido grandes cambios a los largo de los años, aún conservan ciertas tradiciones, mitos, y percepciones sobre todo aquello que les rodea, otorgándole así, una explicación fenomenológica que en muchos casos trasciende hasta el sentido identitario y de pertenencia. Estas comunidades, a partir de sus vivencias, han logrado transmitir aquella esencia heredada por sus antepasados, y que si bien no podemos llevarlo al pasado para crear un correlato arqueológico, nos sirve para entender y acercarnos un poco más al ?ser en el espacio?.En el área andina, y específicamente en el altiplano, esta vigencia de tradiciones se hace muy fuerte por esa ligazón entre el ser humano y la naturaleza, el campo, su pacha, una extensión más de su cuerpo. Extensión que lo ha acompañado durante toda su vida y ha sido parte del legado dejado por sus ?abuelos?. Abuelos que en algunos casos llegan a ser parte del mito conjugada con la realidad. Dicho enraizamiento, por parte de las poblaciones locales de Tiahuanaco y Jesús de Machaca, para con sus tradiciones, y con una combinación del constante asedio de las grandes urbes, ha creado un mosaico en la concepción del espacio andino en la región de estudio, tan diferentes entre sí, pero con un mundo que los une.Cerros, ríos, el cielo, la identidad, la producción, todo se encuentra asociado a un panteón bestial, todo aquello que conforma la espacialidad en la región viene cargada de un componente animal. Animales de la región, animales del cotidiano, animales del respeto y del miedo, animales del presagio y que rememoran un pasado glorioso, animales comunes y corrientes que se tambalean entre el mito y la realidad. El cóndor, el puma y la serpiente han sido considerados aquella ?trilogía andina?, entendidos como seres venerables que ayudan en la producción, protección y el contacto con los tres mundos (alaxpacha, akapacha y manqhapacha); sin embargo, muy poco se los ha asociado con el espacio, aquel lugar donde se desenvuelve una sociedad que transforma, significa y asimila todo lo que le rodea, no solo física, sino social e ideológicamente. Si acaso estas bestias hayan sido en algún tiempo lejano unos dignos ?señores?, ¿Dónde vivían?, ¿Cuáles eran sus terrenos? Analizando el espacio, sus componentes y habitantes, trataremos de responder estas preguntas, que, si bien, podrían ser influencia de los tantos correlatos de etnogénesis,arqueológicos, antropológicos, etc., de los investigadores de los Siglos XIX y XX, es parte de la actual identidad de estas comunidades.Esta trilogía está presente en el subconsciente de los pobladores actuales de nuestra región de estudio y siempre viene a colación con mitos, cuentos, sueños y vivencias, y da cuenta de esa visión andina de los animales en el espacio. Sin embargo, existe un cuarto componente, que si bien no está plasmado geográficamente, posee un gran valor simbólico, económico y social, que a comparación de la serpiente que conecta dos elementos, este los reúne a todos para formar un conjunto. Este componente es la llama, que desde períodos prehispánicos ha sido representada y venerada, y que mediante fuentes etnográficas e históricas, pudimos evidenciar que tiene un rol más importante.