INCIHUSA   20883
INSTITUTO DE CIENCIAS HUMANAS, SOCIALES Y AMBIENTALES
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
"Sujeto, alteridad, diversidad. Nuevos enfoques en la filosofía latinoamericana actual"
Autor/es:
FERNANDEZ NADAL, ESTELA
Lugar:
Medellín
Reunión:
Congreso; III Congreso Iberoamericano de Filosofía - Pluralismo; 2008
Institución organizadora:
Enciclopedia Iberoamericana de Filosofía
Resumen:
La ponencia se propone relevar el descubrimiento de nuevas dimensiones del pluralismo y la diversidad, en dos expresiones actuales de la filosofía política latinoamericana: la crítica intercultural y la perspectiva ecofeminista, desarrolladas por respectivamente por el cubano Raúl Fornet-Betancourt y la brasilera Ivone Gebara. Se trata de dos líneas de investigación que, si bien se sitúan en una relación de cierta continuidad con los desarrollos de la filosofía y de la teología de la liberación, han producido una crítica sistemática de muchos de los supuestos epistemológicos e ideológicos de la matriz de pensamiento que originaría aquellos desarrollos teóricos de los años ’60 y ’70. Por ese camino, ambas corrientes de reflexión han producido una forma radical de crítica a la Modernidad occidental, que aspira a acoger la multiplicidad de expresiones y experiencias de la humanidad, y a romper, por esta vía, con la secular dominación de una cosmovisión limitada y parcial sobre la complejidad y diversidad de miradas y aspectos de la realidad. La filosofía intercultural se propone descentrar la reflexión filosófica de todo posible centro predominante. Fornet cuestiona el concepto de universalidad hegemónico y, a partir de allí, discute la relación de la filosofía latinoamericana, incluso en sus expresiones libertarias y críticas del colonialismo, con la tradición occidental de la filosofía. Afirma que la universalidad autoproclamada de Occidente responde a un movimiento de extrapolación y de expansión de una cultura regional, que sigue funcionando en el modelo predominante en que la filosofía latinoamericana “blanca” y “profesional” se relaciona con la diversidad cultural de América Latina. Frente a la definición monocultural que pesa sobre la filosofía, la perspectiva intercultural permite, por tanto, desarrollar una visión crítica frente a lo propio y posibilita el despliegue real de la polifonía del logos filosófico: la pluralidad de voces de la razón en tanto voces históricas, contingentes, cargadas de contexto, que condensan tradiciones particulares de comprensión del mundo. La experiencia histórica de América Latina, en tanto continente de constitución intercultural – en el que coexisten múltiples tradiciones occidentales, amerindias y afroamericanas-, puede servir de punto de partida para poner en práctica esa apertura descentrada hacia el otro, que trata de encontrarlo no a partir de su traducción a nuestros códigos sino desde su horizonte propio. Una transformación intercultural de la filosofía supone, por tanto, la reformulación de las nociones de pluralidad y diversidad, pues definitivamente supone la renuncia a la incorporación del otro en lo propio y la opción por la transfiguración de lo propio y de lo ajeno a partir de la interacción y la creación de un espacio común. Por su parte, Ivone Gebara enfoca la tradicional separación practicada por Occidente entre naturaleza y cultura, en la que encuentra el origen de la forma jerárquica, patriarcal y androcéntrica de relación cognitiva y práctica que es predominante hasta hoy. Para la filósofa brasileña, la Modernidad comienza con dos hechos fundamentales: la tortura y quema de las brujas y el establecimiento del método científico. Ambos están estrechamente relacionados, pues se trataba de someter y poner bajo el control del espíritu científico masculino las fuerzas descontroladas que se atribuye a las mujeres y a la naturaleza. De esta forma, Gebara plantea los límites teóricos y los supuestos teóricos sexistas, racistas y androcéntricos de esta civilización basada en la estructuración jerárquica del poder y del conocimiento, que produce y justifica la explotación de la naturaleza y el sometimiento de grupos humanos considerados “inferiores” (indios, negros, pobres, jóvenes, mujeres). Este esquema jerárquico, que impronta la matriz de la ciencia occidental, se reitera en la estructura de la religiosidad patriarcal occidental, marcado por la autonomía y trascendencia del Creador en relación a las criaturas y la afirmación de la irreductible alteridad entre ellos. El imaginario moderno propone un universo marcado por la oposición entre cuerpo y el espíritu, donde Dios es situado del lado del espíritu con el consecuente desprecio por los cuerpos. La naturaleza está sometida a Dios y entregada por él al hombre (varón) para que éste la someta a su propio dominio. Frente a este dualismo simplificador  y opresivo, la perspectiva ecofeminsita recupera la experiencia de estar inmersos en una totalidad en la cual somos y existimos con todo lo que existe. Esto nos abre a una trascendencia no limitada a un ser situado por encima de nosotros, fuera del tiempo y del espacio, sino a una trascendencia de una realidad pluridimensional y ambivalente, que nos envuelve y a la que pertenecemos.