INVESTIGADORES
JUAREZ Maria Paula
capítulos de libros
Título:
La prosocialidad: una vía segura para construir relaciones de confianza con los pacientes
Autor/es:
ESCOTORIN S.P, JUÁREZ, M.P: CIRERA, M. Y ROCHE, R.
Libro:
Cómo y por qué prosocializar la atención sanitaria: reflexiones, desafíos y propuestas
Editorial:
Fundación Martí L´Humà
Referencias:
Lugar: Barcelona; Año: 2011; p. 1 - 136
Resumen:
Si bien el estudio de los comportamientos prosociales nacen en el ámbito de la psicología para referirse a todos aquellos comportamientos que buscan beneficiar a otro, es un concepto que comienza a despertar interés también en el ámbito de la medicina por los beneficios que puede tener tanto para la mejora la de la calidad de la atención médica como para la propia salud del médico. En el caso de las profesiones de servicio social como es el caso del ámbito sanitario, no es infrecuente relacionar este tipo de trabajos con conceptos como el altruismo,  incorporados incluso en la formación de los futuros médicos como un deber ético mínimo, un concepto que implica que el ejercicio profesional tiene un gran coste para la persona del médico, quien se debería olvidar de sí mismo para donar toda su energía a la atención del paciente. Este concepto, si bien puede ser heroico, una vez enfrentados a la realidad del trabajo y la vida, los médicos no siempre pueden aplicarlo. Por otra parte, no es un comportamiento observable, lo que hace impracticable exigirlo o esperarlo de los estudiantes de medicina una vez ejerzan la profesión. Los autores Bishop y Rees (2007) proponen reemplazar en la formación de los estudiantes de medicina, el concepto de altruismo, por el de comportamiento prosocial, mucho más equilibrado, aplicable, observable y que puede ser medido. Además, permite equilibrar tanto el interés propio del médico, el cuidado de sí mismo, y los intereses del  paciente. Una acción prosocial, podríamos sintetizar, es aquella que efectivamente beneficia al paciente, tal y como éste quiere ser beneficiado, siempre y cuando sean acciones que fortalezcan la identidad, creatividad, autonomía, iniciativa del paciente y del médico. No serían acciones prosociales, por ejemplo, aquellas que aunque con buena intención, son recibidas por el otro como un perjuicio, o que a la larga generan relaciones de dependencia, o dan señales de subvaloración al otro. Para Roche  hay una amplia gama de acciones en la interacción humana que se considerarían como comportamientos prosociales y, por tanto,  no sólo las de ayuda física. El autor elaboró una propuesta de diversas categorías de acciones calificadas como prosociales (Roche, 1995) entre las cuales está naturalmente la ayuda física, el servicio físico, la ayuda verbal, el consuelo verbal, pero también las acciones de dar y compartir, la confirmación y valorización positiva del otro, escucha profunda, empatía, solidaridad y presencia positiva y unidad. Cada una, con una definición operativa acotada (Roche, 2010)