CIT NOBA
“La necesidad de acercar la investigación a una universidad nueva es fundamental para el desarrollo regional”
Kruse, director del reciente Centro de Investigaciones y Transferencia del Noroeste de la provincia de Buenos Aires, habló sobre la investigación y los desafíos del centro.
Como parte de la política que lleva adelante el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), el Centro de Investigaciones y Transferencia Noroeste de la provincia de Buenos Aires (CITNOBA) ha impulsado desde su creación acciones para generar y transferir conocimiento hacia el sector productivo.
En mayo de 2014, el CONICET y la Universidad Nacional del Noroeste de la Provincia de Buenos Aires (UNNOBA) crearon el CIT NOBA. El doctor Eduardo Kruse, director del centro, hace una síntesis de la incorporación de recursos humanos: “En estos meses se han incorporado trece investigadores y diez becarios, entre doctorales y posdoctorales, que forman tres grupos de investigación en las áreas de salud, producción vegetal y genética”.
Además, forman parte del CIT docentes e investigadores de la UNNOBA. “Hay muchos pedidos de incorporación que estamos analizando, inclusive desde el exterior. En este sentido, hicimos un llamado a becas doctorales donde hubo siete presentaciones. Para nosotros es un número muy importante ya que estamos en los inicios del Centro”, afirmó el doctor.
Líneas de investigación
El CIT NOBA concentra su actividad en el desarrollo de dos áreas que tienen un interés estratégico tanto a nivel regional como nacional: planificación y política territorial. Estas dos áreas comprenden el desarrollo regional socioeconómico; la planificación y gestión de políticas públicas; cadenas productivas; aspectos socioculturales del entorno productivo; sostenibilidad ambiental y la de productos con valor agregado en origen, que comprende la producción agropecuaria; agroalimentaria y agroindustrial; biotecnología y mejoramiento genético; recursos naturales y ambientales; y las energías alternativas.
“Estas líneas de investigación son muy amplias y cubren una gran cantidad de aspectos”, señala Kruse, doctor en Ciencias Naturales. Asimismo añade que la primera visión que tuvieron que analizar conjuntamente entre el CIT y la universidad fue qué grado de desarrollo y qué características tenía la investigación en la universidad. “A pesar de que es una universidad joven las autoridades de la UNNOBA ven en la investigación una posibilidad de desarrollo y afianzamiento”.
Vinculada con políticas públicas, una línea desarrollada es la parte de salud pública, que está relacionada a investigaciones biomédicas, y constituye un grupo consolidado con investigadores jóvenes y equipamiento e instrumental adecuado para desarrollar proyectos de nivel asociados con distintas enfermedades.
“Una de las primeras tareas fue el contacto de este grupo de investigación con los hospitales de la zona. Eso está generando posibles transferencias que son muy alentadoras. Incluso ya hay un convenio firmado con el Hospital Interzonal Gral. De Agudos Abraham Piñeyro de Junín para trabajar en patologías que son características de la región. El equipamiento con el que contamos es importante para los hospitales ya que sirve para hacer análisis que habitualmente se realizaban en el centro de Buenos Aires”.
En ese sentido, se están poniendo en marcha proyectos multidisciplinarios con la interacción de médicos endocrinólogos, bioquímicos, técnicos, becarios e investigadores en el diagnóstico de patologías de alta frecuencia en la región. Esta actividad se realiza en colaboración con hospitales y clínicas, e incluye la capacitación de residentes y becarios, siendo importantes los datos que se aportarán en cuanto al diagnóstico, relacionados con la endocrinología y con diferentes áreas que requieren determinaciones a nivel molecular.
Otra línea de investigación es la que abarca la producción agrícola, y está relacionada a aspectos de la genética, biotecnología y producción vegetal tendiente al mejoramiento de distintos cultivos que se desarrollan en la región. “Está orientada a la zona de Pergamino, incluyendo a una de las regiones de más alta producción del país. En este caso existe una fuerte interrelación con el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), constituyendo una unidad integrada tanto en el desarrollo docente como científico”.
También hay un grupo de investigación que trata temas relacionados a la genómica, el mejoramiento genético y la producción animal. En este caso los investigadores y becarios desarrollan actividades directamente aplicadas a la problemática de la región, entre las cuales puede mencionarse enfermedades en cultivos y la producción de carne porcina. “Alentar el mejoramiento en la producción es muy importante, la idea es lograr hacerla a otra escala. Así se verá beneficiada la población de la región. Por eso es importante que se haga investigación con transferencia al medio”.
En referencia a la radicación de investigadores, el doctor señaló que “hay un interés muy grande en investigadores jóvenes que son nativos de la región, que han estudiado sus carreras de grado y/o sus becas doctorales en grandes centros como Buenos Aires, Córdoba y Rosario y luego ven una posibilidad de volver a su tierra y seguir desarrollando su actividad científica”.
Entre las áreas en desarrollo se encuentran la informática y los recursos naturales y ambientales, que son áreas con características propias que demuestran una buena predisposición para las tareas científicas asociadas a grupos en formación. Según el director del CIT “presentan una alta perspectiva de desarrollo tanto como integración multidisciplinaria con los grupos consolidados como por sus posibilidades individuales en cuanto a los requerimientos socio productivos de la región”.
En relación a las ingenierías, existen proyectos de materiales, aceros, patrimonio arquitectónico y energía que presentan un desarrollo incipiente en cuanto a la investigación, “pero con un muy interesante potencial relacionado con el interés de los recursos humanos disponibles y con las necesidades reconocidas en la región”, expreso Kruse.
Entre las áreas de vacancias se encuentra la temática social–económica que desde el punto de vista de las tareas de investigación requiere actividades tendientes a la creación de grupos de trabajo. “Sería muy importante generar un germen de investigación ya que por ejemplo, la parte económica vinculada con la parte agrícola es fundamental”.
“Por un lado hay grupos de investigación que están mejor conformados y esos grupos hay que consolidarlos y darle la oportunidad de un crecimiento para conducirlos a la creación de unidades ejecutoras de doble dependencia. A su vez, existen áreas que están deprimidas en cuanto a la investigación. El desafío es poder impulsar estas áreas a través de las herramientas que brinda el Consejo como la radicación de investigadores, becarios y los Proyectos de Investigación Orientada (PIO) y así conformar nuevos grupos”, sostuvo Kruse.
Centros de Investigaciones y Transferencia
Con la ciencia y tecnología definida desde el año 2003 como una política de Estado clave para el crecimiento del país, el CONICET se ha enfocado en los últimos años fuertemente en tres ejes: articulación con otras instituciones, transferencia de conocimiento y federalización de la ciencia. En esta línea, el sistema científico ha orientado y profundizado gran parte de sus líneas de investigación en los temas que son estratégicos para el desarrollo del país.
De esta forma la comunidad científica busca dar soluciones a dichos temas mejorando la calidad de vida de toda la sociedad. En este marco, el CONICET ha impulsado, junto a distintas universidades nacionales, un programa de creación de Centros de Investigaciones y Transferencia.
En la primera etapa de desarrollo se formalizó la creación de ocho CITs: Santiago del Estero, Catamarca, Entre Ríos, Jujuy, Chubut, Córdoba, Formosa y Nordeste Buenos Aires.
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