CIENCIAS EXACTAS Y NATURALES
“La evolución del planeta Tierra ha determinado que la vida sea posible”
Gracias a la geología se puede conocer el pasado del planeta: Córdoba tenía un mar tropical y el centro de Argentina, Brasil y África estaban unidas.
Edgardo Baldo, director del Centro de Investigaciones en Ciencias de la Tierra (CICTERRA, CONICET-UNC), cuenta qué significa ser geólogo y comparte algunos de los resultados de sus trabajos y otras reflexiones.
¿Qué hace un geólogo?
Buscamos comprender el funcionamiento del Planeta Tierra incluyendo su formación y su evolución. También clasificamos y determinamos el origen de los materiales que se formaron durante este proceso y los restos de vida en cada período geológico -fósiles-. Además el Geólogo está capacitado para descubrir los materiales de la corteza terrestre que constituyen la única fuente de recursos primarios de la sociedad, caracterizarlos, dimensionarlos y diagramar una explotación con el menor impacto ambiental posible. Finalmente la geología se ocupa de estudiar los fenómenos “catastróficos” -como las erupciones volcánicas, sismos, inundaciones y otros. Esto permite hacer predicciones o diseñar medidas preventivas a aplicar ante la posible ocurrencia de los mismos.
¿Cuál es su área específica de estudio?
Es la Petrología, es decir, el estudio de las rocas, en particular las metamórficas. Estas se caracterizan por haber sufrido transformaciones en el interior del planeta al cambiar las condiciones de presión y temperatura respecto a aquellas en las que se formaron. Son muy comunes en las Sierras Pampeanas, entre ellas las de Córdoba, y su estudio permite comprender la historia geológica de una región.
¿Qué encontraron acerca del pasado de nuestra provincia?
En las Sierras de Córdoba hay una notable variedad de rocas metamórficas, entre ellas los mármoles. Éstos, derivan de una roca sedimentaria denominada caliza que se forma en mares poco profundos y climas tropicales a subtropicales. Esto indica que existieron en esta región antiguos mares someros que fueron eliminados al generarse montañas y sus sedimentos se transformaron hasta constituirse en mármoles.
¿En qué época?
Las calizas marinas derivan de la acumulación de caparazones en el fondo del mar que da lugar a sedimentos que luego se transformará en rocas. Éstos incorporan una señal química característica de ese momento que se transfiere a la roca, como si estuviera fechada. Si esta señal permanece inalterada se puede medir y determinar a qué época geológica corresponde su formación. Las de Córdoba tienen entre 580 y 560 millones de años. 40 millones de años después, el mar desapareció y la roca sedimentaria se transformó en una roca metamórfica, a una profundidad de entre diecisiete y diecinueve kilómetros y a una temperatura de entre 600 y 700 grados centígrados. Hoy están en superficie nuevamente gracias a la dinámica de las placas y sus interacciones.
¿En qué consiste esa dinámica?
La corteza terrestre –litósfera- se encuentra dividida en grandes placas rígidas que se mueven a una velocidad promedio de 5 centímetros por año e interactúan entre sí. Esto permite explicar la formación de cordilleras, como la de los Andes; fenómenos como el volcanismo o los terremotos, y cómo se modifica la geografía del planeta.
Estos procesos ya se conocen con precisión…
Hoy la geología no sólo tiene la capacidad de reconstruir cómo se formó el planeta y su posterior evolución sino que además podemos predecir qué va a pasar porque sabemos cómo se mueven las placas, a qué velocidad y en qué dirección. Además se ha podido determinar que en ciertos momentos, las masas continentales se unen y forman un estadío de supercontinente. Esta situación es térmicamente poco estable por lo que las masas continentales se vuelven a fragmentar y se separan. Esto ha ocurrido repetidas veces y el último supercontinente, conocido como Pangea, se produjo hace aproximadamente 300 millones de años. Hace unos 120 millones de años comenzó su fragmentación y esa situación es la que actualmente gobierna la distribución de continentes y mares. Se predice que de aquí a unos 250 millones de años las masas continentales se volverán a reunir en una misma región.
¿Qué se sabe del pasado de lo que hoy conocemos como Argentina?
En un trabajo reciente pudimos verificar que las rocas enterradas debajo de la Pampa Húmeda de Córdoba –a más de 2000 metros de profundidad- tienen una antigüedad de 2200 millones de años -aproximadamente la mitad de la edad del planeta- Estas rocas junto con las de Sierra de Tandilia, en Buenos Aires, son las más antiguas de lo que hoy es Argentina y pertenecen al llamado Cratón del Río de la Plata, que en formaba parte de una masa continental mayor que hoy está distribuida por Brasil y África.
¿Por qué ocurren estos fenómenos en la corteza?
La geodinámica de la Tierra tiene que ver con lo que ocurre en su en su núcleo, que aún está muy caliente -a más 6500°C- y con movimientos. Estos fenómenos son el motor de la superficie del planeta y genera cordilleras, volcanes y terremotos. Esto implica que nuestro planeta está geológicamente vivo.
¿La vida geológica está relacionada con lo que comúnmente y desde la biología se conoce como vida?
Cuando decimos que la tierra está geológicamente viva sólo pretendemos hacer una analogía con la vida biológica, sin embargo están íntimamente relacionadas. La vida, tal como la conocemos, depende del agua. La Tierra ha podido equilibrar la temperatura de su superficie para que el agua esté en estado gaseoso, sólido y fundamentalmente líquido, así que de alguna manera la evolución del planeta ha determinado que la aparición de la vida haya sido posible. Esta concepción tiene implicancias éticas muy profundas dado que somos indiscutiblemente parte del planeta, lo que. implica pensar y revisar nuestra forma de habitarlo desde una perspectiva más amigable y respetuosa.
Por Mariela López Cordero. CCT Córdoba.