Ciencias biológicas y de la salud

La dopamina y la exploración

Científicos del CONICET explican cómo un déficit de este neurotransmisor podría afectar la capacidad para decidirse a explorar ambientes desconocidos.


Un equipo de investigadores del Instituto de Fisiología y Biofísica “Bernardo Houssay” (IFIBIO, CONICET-UBA) encontró que la falta de dopamina – un neurotransmisor- en etapas tempranas del desarrollo postnatal causa déficit perdurable en la capacidad de explotar recursos del ambiente o explorar nuevas alternativas en el entorno.

En el estudio, publicado en la revista Neuropsychopharmacology, concluyen que este neurotransmisor estaría implicado en la adquisición de un balance adecuado entre dirigir “conductas hacia el aprovechamiento de recursos, o hacia investigar para tener nuevos recursos”, explica Juan Belforte, investigador adjunto del CONICET y uno de los autores.

“Hoy se considera que en un ambiente que no conocés, y que tiene muchos lugares en los que hay incertidumbre sobre qué puede esconder, la necesidad de información es señalada por la dopamina, lo cual parece indicar, de algún modo, la potencial importancia de ese ambiente y disparar entonces la exploración” explica Gustavo Murer, investigador principal del Consejo.

Mediante una estrategia de investigación que se propuso emular un déficit de dopamina –lesionando una vía neuronal que usa a este neurotransmisor- pudieron evidenciar, cuenta la becaria del CONICET Bárbara Braz, autora principal de la investigación, que “estos animales quedan enganchados en conductas de exploración muy locales, es decir no aprovechan otras posibilidades. Persisten en conductas que no tienen un propósito y no explotan el ambiente”.

La dopamina tiene un rol conocido en la adquisición de habilidades y se estudia actualmente en relación a problemas de aprendizaje e hiperactividad. La aproximación tradicional a este problema es emular una condición clínica específica en el ratón, lo que se conoce como modelar de arriba hacia abajo.

El camino planteado, en este caso, es el inverso: luego de producir el déficit de dopamina en el ratón, observaron y caracterizaron la conducta y los patrones fisiológicos para lograr describir el fenotipo, es decir aquello que se ve como consecuencia de la lesión. “A partir de esa descripción se puede generar un nuevo concepto de cómo definir condiciones neuropsiquiátricas. Por ejemplo un estado hipodopaminérgico en el desarrollo temprano podría traer problemas con la toma de decisiones relativas a explorar o explotar”, dice Murer.

“Estas decisiones son una constante de nuestra vida cotidiana, ¿compro esta camisa o veo otras antes de comprar? ¿uso la información de esta página web o busco en otras?”, grafica el investigador.

Los déficit conductuales observados, según pudieron evidenciar en este mismo trabajo, se asocian a alteraciones en la maduración de las conexiones entre la corteza frontal y el núcleo estriado, estructuras implicadas en las funciones de planeamiento y ejecución de acciones motoras.

“La idea central del trabajo ronda en descubrir el problema base desencadenante de un grupo determinado de síntomas que pueden estar presentes en muchas patologías, sin ser responsable de un cuadro psiquiátrico completo y único”, concluye Belforte.

 

  • Por María Bocconi
  • Sobre investigación:
  • Barbara Braz. Becaria doctoral. IFIBIO
  • Gregorio Galiñanes. Departamento de Neurociencia Fundamental, Universidad de Ginebra, Suiza.
  • Irene Taravini. Investigadora asistente. Laboratorio de Parkinson Experimental, Facultad de Farmacia y Bioquímica, UBA.
  • Juan Belforte. Investigador adjunto. IFIBIO.
  • Gustavo Murer, Investigador principal. IFIBIO.