TECNÓPOLIS 2012
La ciencia de los detectives del pasado
La antropología y arqueología están presentes en el evento y cuentan con anfitriones de lujo: investigadores del CONICET que develan sus secretos a los curiosos del público
Dedicada al estudio de antiguas poblaciones de la actual región patagónica, Franco trabaja en el Instituto Multidisciplinario de Historia y Ciencias Humanas (IMHICIHU-CONICET) y lidera un equipo de investigación con el que realiza viajes de campaña a diversas zonas de la provincia de Santa Cruz.Allí, cucharín de albañil y pincel en mano, se concentra en desentrañar cómo fue la vida de los grupos de cazadores-recolectores que vivieron desde hace casi 11 mil años hasta la llegada de los europeos.Uno de esos sitios da cuenta de las actividades de los primeros pobladores que llegaron a cercanías de la localidad de Gobernador Gregores, y consiste en una pequeña cueva que mira hacia una laguna donde hay guanacos.
“Creemos que era un lugar de avistamiento, desde donde cazaban y procesaban a estos animales”, señaló la especialista, y agregó: “De los individuos sabemos que eran nómades, que trasladaban las rocas con las que hacían sus instrumentos a distancias de hasta 150 o 200 km, que la disponibilidad de agua en el lugar fue cambiando a lo largo del tiempo y que la forma de utilizar los espacios varió en función de esto. Creemos que las poblaciones eran poco numerosas”.
Los restos de lo que comían, de estructuras de entierro, y de instrumentos como agujas de coser, por ejemplo, son algunos de los elementos que Franco y su equipo encuentran y a partir de los cuales reconstruyen la vida de aquel entonces. Para establecer las fechas es necesario que haya restos orgánicos, ya que son los que se pueden datar.
“En arqueología es muy importante que los materiales estén disponibles para futuras investigaciones, es decir que vuelvan a las localidades de las que proceden para ser estudiados años después y aportar nuevos datos”, reflexionó. Los trabajos se realizan con autorización provincial y regresan una vez que los restos recuperados fueron analizados.
Quien también recibió con entusiasmo a los visitantes del espacio fue Félix Acuto, investigador del CONICET en el IMHICIHU, dedicado a estudiar el impacto que tuvieron las conquistas inca y española sobre las sociedades prehispánicas del noroeste argentino.
Su objeto de estudio es la comunidad Diaguita-Calchaquí que habitó los Valles Calchaquíes, en Salta, a partir el año 1000 AC. Además del trabajo de campo en excavaciones, también hace prospección en altura, esto es, búsqueda de yacimientos arqueológicos a más de 5 mil metros de altura.
Contrario a lo que normalmente se piensa sobre la importancia de las jerarquías, Acuto defiende la postura de que estos individuos apuntaban a la construcción de sociedades igualitarias. “Me baso en cómo hacían sus poblados, la distribución y arquitectura. Hay homogeneidad en los materiales utilizados, lo cual indica que no había diferencias sociales”, explicó el investigador, antropólogo de profesión.
En esa línea, postula que “cuando llegaron los incas, no apuntaron tanto a una colonización económica sino más bien ritual, ya que intervinieron muchos lugares sagrados del paisaje, como vertientes de agua o cerros nevados”.
“El cambio abrupto se ve con la llegada de los españoles, que provocaron una gran desestructuración cultural, con transformaciones que se evidencian desde la iconografía cerámica hasta las prácticas funerarias”, relató el estudioso.
Tanto Franco como Acuto participaron de manera activa como referentes del espacio dispuesto para aprender sobre estas disciplinas científicas que estudian a los grupos humanos del pasado. Ambos coincidieron en la importancia de la actividad, teniendo en cuenta que “el conocimiento es social y debe llegar a la gente, más allá del mundo académico”, según expresaron.
Además de relatar cuáles son las tareas y desafíos de la profesión, los investigadores se unieron a los chicos que buscaron vasijas enterradas en una réplica de una excavación, situada al frente de los dos ambientes que componen el espacio.
Un mini museo con piezas originales
Convocada para la construcción del espacio de Arqueología y Antropología, la Fundación de Historia Natural “Félix de Azara” reunió materiales de distintas instituciones científicas y armó un mini museo con maquetas y piezas originales. Junto con las excavaciones que invitan al público a experimentar la tarea de un experto, el ambiente se completa con una cueva de las manos como la ubicada en valle del río Pinturas, en Santa Cruz, donde el público puede dejar su huella tal como lo hicieron antiguas civilizaciones.
Adrián Giacchino, presidente de la fundación, contó que se buscó mostrar comunidades y sitios arqueológicos con un concepto federal, recreando escenas cotidianas de indígenas del pucará de Tilcara y Humahuaca, la Patagonia, y Misiones, entre otros puntos del territorio argentino.
“Especialistas nos asesoraron sobre modos de vida y vestimenta, para que las representaciones fueran lo más fidedigna posibles”, señaló
Giacchino.
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En esta nueva edición de Tecnópolis 2012, organizada por la Unidad Ejecutora Bicentenario de la Secretaría General de la Presidencia de la Nación, el CONICET acompaña institucionalmente con sus investigadores al Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva en sus 13 espacios temáticos con propuestas y atracciones para disfrutar, explorar y aprender.
La mega muestra de ciencia, tecnología y arte está situada en un predio de más de 50 hectáreas en la localidad de Villa Martelli, provincia de Buenos Aires. Se encuentra abierta de martes a domingos, hasta finalizar octubre, de 12 a 20 hs. con entrada libre y gratuita.
- Por Mercedes Benialgo
- Prensa
- Dirección de Relaciones Institucionales
- prensa@conicet.gov.ar
- Sobre Investigación
- 1) Nora Franco 2) Félix Acuto
- 1) Independiente 2) Adjunto
- 1) y 2) Instituto Multidisciplinario de Historia y Ciencias Humanas (IMHICIHU)