CIENCIAS BIOLÓGICAS Y DE LA SALUD
La biología evolutiva por fuera de la currícula
Investigadores del CONICET impulsan debates y actividades extracurriculares en torno a la biología de la evolución.
Ignacio Soto, investigador adjunto del CONICET en el Instituto de Biología Genética y Evolución de Buenos Aires (IEGEBA, CONICET-UBA), y Giselle Abruzzese, becaria doctoral del mismo organismo en el Centro de Estudios Farmacológicos y Botánicos (CEFYBO, CONICET-UBA), apuestan a generar actividades y espacios de debate alrededor de la temática de la biología de la evolución con el triple objetivo de integrar y trascender las diferentes perspectivas disciplinarias implicadas, cubrir un espacio vacante en la oferta académica de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA) e involucrar en el conocimiento y en la práctica científica a sectores amplios de la comunidad con inquietudes científicas.
En el marco de la XIII Semana de la Ciencia y la Tecnología, organizaron la Jornada de Biología Evolutiva, que convocó a cerca de trescientas personas e incluyó la participación de investigadores, docentes de escuela media, estudiantes de grado de la carrera de Biología y público en general.
¿Cómo surgió la idea de organizar actividades en torno a la biología de la evolución por fuera de la oferta académica formal?
Ignacio Soto: En Exactas existe una sola materia – Evolución-y después hay dos o tres cuestiones básicas que uno puede hacer para formarse, pero no demasiado más. No hay muchos laboratorios, si bien el de evolución es grande en sí mismo. Nosotros comenzamos a reunirnos en la facultad a discutir temas de biología evolutiva después de las materias, por fuera del circuito formal. El reclamo por generar estos espacios vino de parte de los propios alumnos ya que, en algún punto, el tema no está explotado como se podría.
¿Qué los llevó a buscar un diálogo con especialistas que abordan la cuestión de la evolución pero desde otras perspectivas y áreas de conocimiento?
IS: La biología evolutiva por ser tan abarcativa de toda la temática relacionada con la vida hace que aparezcan un montón de preguntas muy profundas que no se pueden abordar desde una única área de conocimiento. Cuando te ponés a indagar te das cuenta que necesitás herramientas de muchas otras disciplinas. Bien entendida, la biología evolutiva te obliga a dialogar, por ejemplo, con filósofos de la ciencia, con todas las ramas de la biología, con la paleontología, la antropología. Es un problema tan complejo que necesita mucha masa critica y capacidad de dialogo entre actores diferentes.
Giselle Abruzzese: Por ejemplo, para la Jornada de Biología Evolutiva llamamos gente que estaba trabajando en el tema de la evolución desde diferentes perspectivas. Hablamos con Guillermo Folguera, investigador adjunto del CONICET, por su formación en filosofía de la ciencia y en biología; con Leonardo Galli, investigador asistente del CONICET dedicado a la didáctica de la ciencia, con Ana Tropea, que aporta una orientación antropológica y con Raúl Gómez, investigador asistente del CONICET, quien trabaja en estas temáticas articulando el abordaje biológico con el paleontológico. La respuesta que obtuvimos desbordó nuestras expectativas. Hay un interés no ya por lo interdisciplinario sino, incluso, por lo transdisciplinario.
¿Y cómo se vinculan estas inquietudes con la apuesta por la divulgación científica?
GA: nuestra idea fue ampliar el diálogo transdisciplinario a un público más general y que no fuera solamente para unos pocos. Queremos trasmitir que no hace falta ser un súper experto para interesarse y meterse en un laboratorio e intentar abordar una temática. Cuando nos juntamos con la gente que habíamos convocado para que colaboraran en la organización de la Jornada de Biología Evolutiva pensamos que había que organizar talleres porque esa era la forma de lograr una participación real y que la gente se involucrara más.
IS: La biología evolutiva plantea en ese sentido cierta ambigüedad, para el mundo científico es una de las subdisciplinas más oscuras o difíciles de dominar, pero al mismo tiempo es un tema muy popular, de aquellos a los que a la gente más le interesa y se le anima y está ávida de contarte las cosas que vieron y piensan al respecto. Hay bastante interés en estas cuestiones. Cualquier persona tiene preconceptos sobre le evolución que viene de la cultura popular más allá de cuál sea su formación.
¿Cuales son los preconceptos más comunes?
IS: Es muy común pensar la evolución como un proceso lineal, gradual, inexorable, y progresivo, simbolizado en la imagen clásica del monito que paulatinamente se va transformando en un humano cada vez más erguido. Se trata de una imagen icónica, pero que resulta muy discutible. Otra concepción muy instalada es lo que evoluciona es el individuo y no las poblaciones como efectivamente ocurre. No centrarse en los individuos sino en las poblaciones para pensar los procesos evolutivos es algo que uno adquiere después de la educación académica porque va contra la lógica más simple del sentido común.
¿De dónde vienen estos prejuicios?
IS: En gran parte, simplemente provienen de nuestra manera innata de armarnos una explicación del mundo o de nuestro bagaje cultural. Existen además, por lo general, ciertas carencias de formación que se arrastran desde el secundario, pero no por falta de voluntad de los docentes, sino porque hay conceptos que son muy complicados de trasmitir. Sobre esta cuestión Leonardo Galli ha organizado todo un grupo de investigación.
GA: Justamente en la Jornada de Biología Evolutiva se inscribieron muchos docentes de escuela secundaria. Hay un interés por parte de los propios profesores en conocer más, por inmiscuirse en la temática, en las actividades de divulgación que veníamos realizando muchos nos preguntaban si teníamos materiales para entregarles o si nos interesaba ir a dar una charla.
¿Cuál es la reacción del público frente a las actividades que le proponen?
IS: Existe un interés real de comprender. Una vez que se entienden los conceptos pueden explicarse mejor un montón de situaciones. Esto prende mucho. El tema es como trasmitirlo de una manera que sea eficiente.
GA: En ese sentido nosotros no buscamos hacer una cosa pasiva sino talleres e impulsar que la gente traiga sus problemáticas. No pretendemos venir a revelar ninguna verdad. Realmente estamos muy contentos por la convocatoria que tuvo la Jornada en particular y por ver el interés de tanta gente de diversos ambientes y formaciones. Eso realmente nos motiva a continuar realizando más actividades de este tipo.
Ignacio María Soto es Doctor en Ciencias Biológicas e investigador adjunto del CONICET en el IEGEBA (CONICET, UBA). Además se desempeña como jefe de trabajos prácticos del Departamento de Biología de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA. Su especialidad es la biología evolutiva.
Giselle Adriana Abruzzese es Licenciada en Ciencias Biológicas y becaria doctoral de CONICET en el CEFYBO (CONICET, UBA). Realizó su tesis de licenciatura en temas vinculados a la biología evolutiva y actualmente se encuentra especializándose en fisiopatología ovárica
Por Miguel Faigón