Investigadores del CONICET reconocidos por la Academia Nacional de Ciencias

El pasado 18 de diciembre en la ciudad de Córdoba tuvo lugar la celebración anual de los Premios Academia Nacional de Ciencias que tienen como objetivo promover, destacar y alentar la labor de investigación de jóvenes científicos argentinos. El reconocimiento consistió en la entrega de diplomas y medallas que, a modo de homenaje, llevan el nombre de destacadas figuras de la investigación científica en la Argentina.

En esta ocasión -correspondiente a la edición 2018- las tres distinciones otorgadas por la institución que este año celebró su 150 aniversario fueron para investigadores del CONICET: Esteban Avigliano, Ariel Sarotti y Rodrigo Díaz, quienes durante la velada tuvieron la oportunidad de disertar sobre sus temas de investigación.

La tarea de evaluación de los postulantes fue realizada por comisiones ad-hoc, compuestas por miembros de la Academia Nacional de Ciencias y por reconocidos especialistas en las disciplinas de cada uno de los premios que se concursaron.

Esteban Avigliano, doctor en Ciencias Biológicas y director del Centro de Investigaciones Antonia Ramos, recibió el Premio Hermann Burmeister -destinado a especialistas en Botánica, Ecología y Zoología- por sus trabajos orientados al uso de la microquímica como una herramienta para evaluar y manejar recursos pesqueros estratégicos para Sudámeirca, haciendo énfasis en el mar argentino y Cuenca del Plata. Las investigaciones integran aspectos diferentes como soberania de recursos en el Atlántico Sur, conservación y manejo. Avigliano desarrolla sus tareas de investigación en la Unidad Ejecutora en Investigación Animal (INPA, CONICET-UBA) y es docente de posgrado en la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad de Buenos Aires (FVET, UBA).

“El reconocimiento de la academia y sus miembros tiene un gran valor debido a que resalta la importancia de las investigaciones realizadas en y para Argentina, tan necesarias para el desarrollo del país, ya sea desde el aspecto socio-productivo como académico-cultural. En lo personal, motiva a seguir trabajando en equipo y con objetivos claros de cara a mejorar la calidad de vida de todos”, afirmó el investigador.

Ariel Sarotti, doctor en Ciencias Químicas, fue galardonado con el Premio Ranwel Caputto en la especialidad Química Orgánica por su contribución a la elucidación estructural de productos naturales mediante el empleo de cálculos computacionales. Sarotti es investigador del Instituto de Química de Rosario (IQUIR, CONICET-UNR) y profesor asociado de Departamento de Química Orgánica de la Facultad de Ciencias Bioquímicas y Farmacéuticas de la Universidad Nacional de Rosario (UNR).

“Este reconocimiento es un gran estímulo para seguir desarrollando ciencia en Argentina, a pesar de las dificultades que constantemente surgen en el camino. En lo personal es un gran honor haber sido galardonado con un premio que considero importante no sólo por el prestigio de la institución otorgante, sino también por la relevancia de los ganadores previos. Si bien se trata de una distinción individual, no puedo dejar de destacar que las personas con las que trabajo son también grandes responsables de los logros reconocidos por este premio. En la actualidad estamos haciendo importantes avances en el diseño racional de organocatalizadores quirales, en la síntesis de agentes anticancerígenos derivados de biomasa residual y en el desarrollo de metodologías de elucidación estructural combinando cálculos cuánticos de RMN con métodos estadísticos y de inteligencia artificial”, expresó Sarotti.

Por su parte, Rodrigo Díaz, doctor en Física, recibió el Premio Enrique Gaviola en el área de la Astronomía por su participación en el descubrimiento de exoplanetas, es decir, planetas que se encuentran por fuera del Sistema Solar. Díaz es investigador en el Instituto de Astronomía y Física del Espacio (IAFE, CONICET-UBA) y en 2018 también fue ganador del premio estímulo en astronomía de la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales.

“Recibir el premio de la Academia es, ante todo, un honor y una gran alegría. El reconocimiento de una institución conformada por investigadores del mayor nivel de excelencia es uno de los mayores logros a los que un científico joven puede aspirar. Además es un importante incentivo para seguir desarrollando mi línea de investigación en exoplanetas desde Argentina. El estudio de los exoplanetas es una de las áreas más activas de la ciencia, y la Argentina tiene la oportunidad, en colaboración con países europeos como Francia y Suiza, de posicionarse como un jugador clave. El premio me incentiva a seguir avanzando en esa dirección”, señaló Díaz.