CIENCIAS BIOLÓGICAS Y DE LA SALUD

Investigadores del CONICET participan de la primera iniciativa internacional para el mapeo de las migraciones de ungulados

En asociación con la ONU, un equipo global de científicos y conservacionistas promueve la creación del primer atlas mundial que ilustra las migraciones de los mamíferos con pezuña.


“Trazando un futuro para las migraciones de ungulados” lleva por consigna la propuesta a cargo de científicos y conservacionistas internacionales que acaba de publicarse en la revista Science, que tiene por objetivo la confección del primer atlas mundial para mapear las migraciones de los mamíferos con pezuña, y en cuyo proyecto participan dos investigadores del CONICET, Ramiro Ovejero del Instituto de Ecología Regional (IER, CONICET-UNT), y Andrés Novaro del Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Medioambiente (INIBIOMA, CONICET-UNCOMA).

Los mapas detallados de los movimientos estacionales de rebaños en todo el mundo –acción que se realiza en asociación con la Convención sobre la Conservación de Especies Migratorias de Animales Silvestres (CMS), de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)-, según destacan sus promotores, serán de utilidad para que los gobiernos, pueblos indígenas, comunidades locales, planificadores y administradores de la vida silvestre identifiquen las amenazas actuales y futuras a las migraciones, y avancen satisfactoriamente en medidas de conservación para sostenerlas frente a una huella humana en constante expansión.

 

La realidad actual de los ungulados

Año tras año, los mamíferos migratorios deben recorrer vastas áreas del planeta para hallar alimentos, escapar de las duras condiciones climáticas y reproducirse. En este sentido, los movimientos son tan diversos como las especies mismas, y se consideran un factor esencial de los ecosistemas naturales ya que no sólo proporcionan gran parte de las presas para los carnívoros del mundo; también contribuyen a las economías locales y regionales a través de la cosecha y el turismo, aspectos que terminan por incidir en la cultura de numerosas comunidades.

Las gacelas de mongolia en Asia, el ñus que se desplaza por el Serengeti (región africana al norte de Tanzania), los guanacos en América del Sur, el caribú y los renos salvajes del Ártico, el venado bura y los alces en América del Norte, o el ciervo rojo en Europa son algunos de los muchos ejemplos de la especie.

Desafortunadamente, muchas de estas movilizaciones de ungulados se ven limitadas y en declive debido a la ejecución de construcciones humanas como carreteras, vallas fronterizas y otros tipos de desarrollos, tales como la actividad minera o petrolera. Tan significativo es el efecto negativo que, en algunos casos, se perdieron incluso antes de haberse documentado; motivo que deja entrever la magnitud del desafío de preservar la conservación mediante la expansión de áreas protegidas, la elaboración de estructuras de cruce de caminos e iniciativas de subsistencia de tierras de trabajo para el seguimiento de las rutas migratorias reales de los rebaños.

“Se necesita con urgencia un atlas de migración global porque nunca hubo un inventario mundial de estos fenomenales movimientos estacionales”, expresa el biólogo de vida silvestre Matthew Kauffman, principal autor del trabajo y miembro del Servicio Geológico de los Estados Unidos. A lo señalado, agrega que a medida que los paisajes se vuelven más difíciles de atravesar, los mapas pueden ayudar a los conservacionistas a identificar amenazas, pero también a detectar sectores y personas interesadas para trabajar colectivamente en la búsqueda de soluciones. En otras palabras, el inédito atlas ayudará a los responsables de la toma de decisiones a planificar e implementar proyectos de infraestructura adicionales para mitigar o eliminar sus efectos de barrera.

La presente propuesta describe que los animales migratorios dependen de diferentes hábitats para alimentarse, reproducirse y descansar, y que, si se restringen sus movimientos, se encuentra en juego la supervivencia de poblaciones enteras. Asimismo, destaca que las diferentes alteraciones, producto del cambio climático en la distribución del agua, la nieve, el hielo y la floración de las plantas, complican aún más la forma en que los rebaños migratorios preparan y transitan sus movimientos estacionales. Por este motivo, el mapeo global de ungulados permitirá priorizar qué áreas a lo largo de las rutas de paso conservar para salvaguardar los diversos beneficios que éstos brindan a la humanidad.

Por su parte, Ovejero considera que es una gran oportunidad para Latinoamérica que se genere este tipo de consorcios, ya que todos los intervinientes persiguen el mismo objetivo pero en diferentes escalas y regiones. “En particular para Sudamérica –señala el investigador-, uno de los desafíos que produce mayor polarización en la comunidad es la ´mejor manera´ de gestionar las tierras públicas establecidas para usos múltiples, como la extracción de recursos naturales, la vida silvestre y la recreación. Aquí es donde el atlas de migración global cobra mayor relevancia, ya que, para la región y nuestro país en particular, no se cuenta con información sobre los movimientos de los ungulados locales y su rol funcional en el ecosistema”, advierte el investigador.

Por otra parte, el biólogo del IER subraya que, a medida que la huella del desarrollo humano siga expandiéndose por todo el mundo en regiones que históricamente albergaron abundantes recursos de fauna y flora silvestres, habrá una necesidad aún más acuciante de contar con un conjunto de datos a largo plazo -junto con datos de referencia-, para examinar los cambios en los parámetros del ciclo vital y los procesos de comportamiento. “Por ejemplo, sabemos que el guanaco fue históricamente la especie de ungulado dominante en Sudamérica, pero sólo queda un 15 por ciento de su número original. Actualmente las poblaciones están muy fragmentadas, y conocemos muy poco sobre sus movimientos”, explica Ovejero, para dar cuenta de que “la intolerancia con ésta especie en zonas de pastoreo de ganado, combinada con la caza ilegal, ha diezmado las poblaciones”. Por este motivo remarca que la intersección entre el desarrollo energético y la conservación biológica ofrece oportunidades tanto para reunir conocimientos, como para aplicar los hallazgos sobre cómo mitigar los impactos en la vida silvestre sin descuidar el desarrollo local y regional.

Finalmente, cabe destacar, que para coordinar este gran esfuerzo, el equipo internacional de expertos se asoció con la Secretaría de Migraciones de las especies (CMS, por sus siglas en inglés) de las Naciones Unidas, para crear la Iniciativa Global para la Migración de Ungulados (GIUM, por sus siglas en inglés). Se trata de un tratado ambiental que proporciona una plataforma global para la conservación y el uso sostenible de los animales migratorios y sus hábitats. Único en su tipo, dicho convenio reúne a países y expertos en vida silvestre para abordar las necesidades de conservación de las especies migratorias terrestres, acuáticas y aviares, y a sus respectivos ecosistemas en todo el mundo.

Se emplea para ello la última tecnología de rastreo GPS, el uso softwares de mapeo y plataformas de intercambio de datos, combinados con conocimiento local y originario. Al mismo tiempo se prevé mapear las migraciones perdidas y documentar el conocimiento local e histórico de los movimientos de los mencionados animales. “El lanzamiento del GIUM es oportuno dado el creciente interés internacional por la protección de la biodiversidad, y porque se espera que durante el año se apruebe una nueva estrategia mundial de las Naciones Unidas sobre la biodiversidad (conocida como Marco Mundial de la Biodiversidad Posterior a 2020), en donde los sectores de la CMS entienden de la importancia de la conectividad ecológica, incluidas las migraciones de animales, como una prioridad clave en el contexto actual”, señala Ovejero.

Por Maximiliano Grosso

 

Referencia bibliográfica: 

DOI: 10.1126/science.abf0998