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Investigador del CONICET galardonado por el Centro Internacional de Física Teórica

Daniel Gómez recibió el premio ‘Spirit of Abdus Salam’ otorgado anualmente en honor al Premio Nobel de Física de 1979.


El premio que otorga el Centro Internacional de Física Teórica (ICTP, por sus siglas en inglés) reconoce a científicos que hayan trabajado en la cooperación, promoción y desarrollo de la ciencia y la tecnología en el mundo en desarrollo, en sintonía con la visión del Premio Nobel en Física, Abdus Salam, (1922-1996), fundador del ICTP. En esta oportunidad el elegido fue Daniel Gómez, investigador principal del CONICET, quien se desempeña en el Instituto de Astronomía y Física del Espacio (IAFE, CONICET-UBA).

“Entiendo que ellos han querido premiar mi vocación en organizar actividades que beneficiaron a cientos de jóvenes investigadores del tercer mundo, además de mi contribución a la formación de recursos humanos, dirigiendo unas cuantas tesis de licenciatura y doctorales en nuestro país”, confía Gómez. “Son tareas que he hecho con mucha dedicación a la par de mi trabajo de investigación. Que hayan visto en ello puntos en común con los ideales y el espíritu de un científico eminente como Salam, es algo que ciertamente me llena de orgullo y de satisfacción”, cuenta Gómez quien en agosto recibirá el galardón en Trieste, Italia, sede del ICTP.

“En su asociación con el ICTP, Daniel se comprometió a apoyar a científicos jóvenes de su país y a lo largo de Latinoamérica, y mostró el espíritu de mi padre para la colaboración internacional y la diseminación de la ciencia en el mundo en desarrollo. Sé que Abdus Salam estaría agradecido y habría apreciado el trabajo de Daniel y los hubiera apoyado entusiastamente”, fundamentó la elección Ahmad Salam, hijo del Premio Nobel Abdus Salam y coordinador del premio ICTP 2017, en nombre de la familia.

El ICTP, fue fundado en 1964, por el premio Nobel Abdus Salam, vela por el desarrollo de la ciencia en países en desarrollo y cumple un rol fundamental en ese sentido mediante la organización de escuelas y congresos y con la asidua participación de investigadores de esos países. Salam confiaba que con una estructura científica sólida, los países en vías de desarrollo podrían reducir la brecha con los países desarrollados.