CICLO DE ENTREVISTAS CONICET

“Es importante que el investigador abandone el individualismo de su trabajo y se abra al público”

Un grupo de paleontólogos cordobeses comunica el resultado de 25 años de trabajo a través de una muestra que busca reproducir la vida submarina en nuestro planeta hace 500 millones de años.


En pleno centro de la ciudad de Córdoba se erige un mundo de maravillosas criaturas que, sumergidas en las profundidades de los mares del paleozoico, testimonian los comienzos de la vida en la Tierra. Un grupo del Centro de Investigaciones en Ciencias de la Tierra (CICTERRA, UNC-CONICET) organizó la exhibición de diversos fósiles de criaturas que habitaron esas aguas a través de paneles dinámicos, videos explicativos y reconstrucciones artísticas de los ecosistemas tal como se supone fueron por aquellos tiempos.

“Creemos que es importante lograr que el investigador abandone el individualismo de su trabajo, se abra al público y muestre cómo se hacen las investigaciones”, explican Beatriz Waisfeld, investigadora independiente, y Andrea Sterren, investigadora adjunta en el CICTERRA y coordinadoras de la exposición ‘500 millones de años de viaje submarino’, que se presentará hasta el 30 de marzo de 2013.

 

¿Cómo surgió la propuesta de hacer esta muestra?

BW: La idea fue de Teresa Sánchez, que fue nuestra directora de tesis. Ella quería presentar al público las investigaciones que desarrollamos durante más de veinte años de trayectoria en un área de la paleontología que generalmente no se muestra, porque se suelen exhibir al público otro tipo de cosas, más relacionadas a los dinosaurios y no con el área marina. Lamentablemente Teresa falleció el año pasado y nosotras decidimos aceptar el desafío y seguir adelante.

 

¿Cuáles son los ejes principales de la muestra?

BW: El primero sería mostrar la diversidad de organismos marinos existentes en el paleozoico, algunos de los cuales se extinguieron sin dejar descendientes y otros cuyos sucesores viven en los mares de la actualidad, por lo que resultan más familiares.

AS: En segundo lugar, lo que nos interesa comunicar es cómo se fueron modificando esos organismos a lo largo de 250 millones de años, como fueron cambiando los ecosistemas y las distintas interacciones entre los organismos.

 

¿Cuál es la finalidad de acercar estos conocimientos al público?

AS: El primer objetivo tiene que ver con un espíritu extensionista, devolver a la sociedad lo que se genera en las investigaciones que financia, la confianza y todo lo que deposita en nosotros. Así que es, por un lado, un deber y por otro, un derecho que tiene la sociedad a la información, al conocimiento y al contacto con los científicos. Muchas veces no se conoce la relación que tienen los estudios con la realidad: muchas criaturas marinas encuentran su antecedente en estos organismos, entonces estos saberes tienen interés para la sociedad y pueden motivar vocaciones científicas.

 

¿Cómo es el trabajo de un paleontólogo del mundo submarino en Córdoba?

BW: El primer paso es la recolección de fósiles en la zona cordillerana -Mendoza, San Juan, Catamarca-. En el paleozoico esa zona estaba cubierta por el mar, y por la formación de la cordillera hoy afloran las capas tectónicas que contienen los fósiles de esa era. Luego, se limpian y separan de los sedimentos que los rodean para usarlos como punto de partida de las investigaciones que se hacen en Córdoba, como la determinación de la edad del fósil, determinar en qué clima y ecosistema se desarrolló, cómo vivió, a qué grupo pertenece o cómo evolucionó la especie.

 

Como grupo, ¿cuál es su principal línea de estudio?

AS: La investigación que nos caracteriza tiene que ver con volver los organismos a la vida, realizar interpretaciones paleo-biológicas, a diferencia de otros equipos que buscan, por ejemplo, saber la edad de las rocas, o sea hacer una interpretación geológica. Es decir que buscamos encontrar rastros de conductas de los animales en las rocas para comprender cómo vivieron y cómo se relacionaron.

BW: Otra cosa que hacemos es reconstruir los ecosistemas y sus actores, las relaciones que establecieron con el ambiente y entre ellos. Toda esta información es como un gran rompecabezas que uno va armando a partir de la roca y de los organismos que encontramos. Por ejemplo, a partir de la forma que tenía el bicho y de su estructura se puede inferir de qué se alimentaba, quién era depredador de quién, si eran herbívoros o se comían entre ellos. Cuando uno, a través de todos estos elementos relacionados entre sí, puede interpretar como estaban estructurados los ecosistemas, eso también es un descubrimiento: en tal tiempo y en tal lugar los ecosistemas funcionaban de tal manera.

“500 millones de años de viaje submarino” puede visitarse en la Sala Magna de la Academia Nacional de Ciencias, Av. Vélez Sarsfield 249 (Córdoba Capital), de lunes a viernes de 9 a 12,30 hs. y de 14 a 18hs. hasta el 30 de marzo de 2013.

  • Por Mariela López Cordero. CCT Córdoba.
  • Sobre investigación
  • Beatriz Waisfeld. Investigadora independiente. CICTERRA.
  • Andrea Sterren. Investigadora adjunta. CICTERRA.