Vinculación Tecnológica

El CONICET y Establecimientos Gascón S.A. trabajan en el desarrollo de una tecnología clave para el sector de hidrocarburos

Investigadores se encuentran trabajando en el primer prototipo de caudalímetro ultrasónico para gas natural en Argentina, una tecnología que favorece la sustitución de importaciones.


Hay cosas que parecen imposibles de hacer hasta que se reúnen las voluntades necesarias para llevarlas adelante. Esto fue lo que sucedió con la empresa Establecimientos Gascón S.A., la cual quizás nunca imaginó trabajar mancomunadamente con el sistema científico –tecnológico público de nuestro país para desarrollar una tecnología, hasta el momento, importada: un medidor ultrasónico para la medición de caudal de gas.

Todo comenzó a partir de un problema: los medidores que se usan actualmente en la industria del gas natural- tales como  placas orifico, bridas y armaduras porta placa, armaduras, entre otros- tienen una precisión aceptable, pero sin llegar a los requerimientos estándar en los puntos de transferencia de los fluidos en la industria, comúnmente llamados “custody transfer”.

Por ese motivo, las compañías operadoras muchas veces, acuden a una tecnología de mayor precisión pero más costosa. Son los medidores ultrasónicos que Argentina no produce, y se consiguen únicamente en mercado internacional.

El mercado argentino está demandando cada vez más caudalímetros con tecnología ultrasónica dada su alta precisión y escaso mantenimiento. Por este motivo, desde el Consejo y la empresa Establecimientos Gascón, a partir de un convenio, proyectamos desarrollar un primer prototipo de caudalímetro ultrasónico para gas natural en Argentina”, explica el Lic. Sergio Romano, responsable de la Gerencia de Vinculación Tecnológica del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET).

Se trata por un lado de un  proyecto de sustitución de importaciones, ya que aún no existe un desarrollo nacional para este tipo de equipo y actualmente tanto YPF como otras compañías adquieren estos dispositivos en el mercado internacional. Pero además, este proyecto podría implicar el montaje y utilización de un banco de pruebas, que hoy no existe en el país.

“A partir de este  prototipo se generará una capacidad y experiencia fundamentales para continuar luego con otros desarrollos relacionados en el ámbito nacional, que pueden incluir la capacidad de calibración de medidores ultrasónicos, lo que actualmente se realiza en pocos lugares en el mundo, como en Canadá”, señala Romano.

Para  abordar de manera integral el desafío, la Gerencia de Vinculación Tecnológica del CONICET convocó dos de sus institutos que trabajan en temas similares y que reúnen, entre ambos, la expertise y capacidades necesarias para tal proyecto. Estos son el Instituto de Investigación y Desarrollo en Ingeniería de Procesos y Química Aplicada (IPQA, CONICET- UNC) y el Instituto de Automática (INAUT, CONICET- UNSJ), con el Dr. Martín Cismondi, el Dr. Marcelo Romero y el Dr. Vicente Mut como responsables técnicos de los institutos mencionados respectivamente.

“Este desarrollo es importantes por dos razones fundamentales: la primera es porque el uso de este tipo de medidores tendrá naturalmente un impacto positivo en la industria de hidrocarburos, en particular en la producción y transporte de gas natural; el segundo, y creemos el más trascendente, es que implica que una compañía productora o transportadora de gas adquiera este caudalímetro ultrasónico de industria nacional, cuando hasta el momento sólo se pueden adquirir los importados. Desde esta perspectiva, podemos decir que se trata de un proyecto de sustitución inteligente de importaciones, ya que además de un claro y fundamental beneficio económico, como país ganamos en soberanía tecnológica, haciendo más competitivo a un proveedor-fabricante local, involucrando a su vez a las capacidades del sistema científico-tecnológico nacional,  y en definitiva ganando independencia y capacidad de respuesta para otras situaciones similares que puedan surgir como demandas del sector productivo”, señalan los investigadores a cargo del proyecto.

“El proyecto en mención no sólo demuestra la importancia de la articulación publico privada para el agregado de valor en las cadenas de producción y la generación de fuentes de trabajo, sino que además genera líneas de investigación aplicada y formación de recursos humanos claves para el desarrollo Nacional”, comenta la Ing. Romina Cuello, líder/referente del proyecto por parte de la Gerencia de Vinculación Tecnológica del CONICET.

Un salto cualitativo

La tecnología de los caudalímetros ultrasónicos es particularmente desafiante para el equipo científico a cargo, debido a la interdisciplinariedad necesaria para llevarla a cabo. “Involucra conocimientos desde el empleo de transductores basados en sensores piezoeléctricos, como también termodinámica de fluidos, modelos composicionales de alta precisión para gas natural y electrónica, específicamente el procesamiento de señales”, señalan los investigadores.

La mencionada empresa, si bien desde hace décadas se dedica a la fabricación y comercialización de sistemas de medición  de caudal de gas natural, no cuenta con esa capacidad tecnológica para desarrollar por completo la tecnología. Por ello apostó decididamente por la innovación de la mano del CONICET.

“El desarrollo de estos equipos impactará en un salto de calidad significativo para Establecimientos Gascon, no sólo por la necesidad de incorporar nuevos conocimientos y tecnologías sino también por el hecho de que crearíamos una nueva línea de producción con todo lo que eso conlleva: incorporar más recursos humanos, capacitar a los recursos humanos existentes, ampliar y mejorar la infraestructura, entre otros. Esto sin dudas, generará un alto valor agregado”, manifiesta Diego Idoy, presidente de Establecimientos Gascon S.A.

El contar con medidores ultrasónicos en Argentina, por otra parte, beneficiará al sector del Oil and Gas. “Esto representa una solución nacional que le evitará a los operadores de gas natural, los tiempos y costos que lleva hacer una importación, como así también tener al alcance inmediato servicios de reparación, puesta a punto y  capacitación a los usuarios”, explica Idoy.

Para la empresa es la primera experiencia de trabajo articulado con el CONICET. “Hasta el momento todo el proceso fue muy armonioso, ágil y saludable. Con cada uno de los agentes que hemos interactuado lo han hecho de manera profesional sin perder la cordialidad, desde el primer momento sentimos que formamos un grupo de trabajo, donde cada uno va haciendo su aporte y se va avanzando. Consideramos que está siendo una experiencia muy productiva, donde nos da la sensación de que todas las partes- empresa, CONICET, sector Oil and gas, e incluso el país-, puedan resultar beneficiadas”.

Un proyecto multipropósito y multidisciplinario

Como si fuera poco, producto del mencionado proyecto también lo es la formación de recursos humanos altamente calificados. Así lo demuestran Priscila Gutiérrez y Paula Caffaratti que se encuentran realizando su trabajo final de la carrera de Ingeniería Química de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (FCEFyN) en la Universidad Nacional de Córdoba,  bajo la dirección de los Dres. Cismondi y Romero. Ellas están involucradas en el proyecto y específicamente están enfocadas en el diseño y operación de un banco de pruebas para esta primera etapa, con una línea o conducto de dos pulgadas de diámetro para la circulación de gas.

Por otro lado, Federico Benelli,  becario del Grupo de Termodinámica de Fluidos (GTF) del IPQA, también forma parte del proyecto y su aporte se traduce en la implementación de un modelo termodinámico multiparamétrico para gas natural, de gran precisión, que se ha vuelto la referencia estándar en la industria a nivel internacional.

“Hemos observado que en los últimos 15 o 20 años se viene trabajando en la apertura de CONICET hacia la vinculación tecnológica así como la búsqueda de herramientas para encontrar caminos que lleven más fácilmente a conectar los mundos científico-académicos con los industriales. Si bien queda mucho camino por recorrer, esperamos que esta sea una buena oportunidad para demostrar las capacidades del ámbito científico para resolver problemas de índole industrial”, concluye el Dr. Martín Cismondi.

 

Por Ingrid Lucero Parada