El CONICET lamenta el fallecimiento de Melina Furman
Fue investigadora del Consejo en la Escuela de Educación de la Universidad de San Andrés y figura influyente de la educación en Argentina.
La investigadora del CONICET en el Laboratorio de Investigación en Ciencias Humanas (LICH, CONICET-UNSaM) Beatriz Diuk la recuerda con las siguientes palabras:
Melina llegó a la educación desde otra disciplina. Como Licenciada en Biología en la Universidad de Buenos Aires, comenzó una prometedora carrera estudiando temas de memoria y aprendizaje en laboratorio. Pero su interés por cuestiones sociales la alejó de ese camino. La didáctica de la ciencia fue el territorio que eligió habitar, aunque sus aportes se extendieron más allá, a la educación en general, como científica, como formadora de docentes, como divulgadora.
Doctorada en la Universidad de Columbia en Didáctica de la Ciencia, desarrolló su actividad académica como docente de la Universidad de San Andrés e investigadora del Conicet. Del nivel de sus investigaciones da cuenta un gran cuerpo de publicaciones en revistas académicas del más alto nivel internacional, así como un reconocimiento que se tradujo en invitaciones como profesora a distintas universidades de América Latina y Estados Unidos.
Supo, además, articular la investigación científica con la escritura de libros en los que presentaba ideas complejas para el gran público, con una cercanía difícil de lograr. Llevó este estilo de escritura a Educación que aprende, la colección que dirigía en Siglo XXI y que se convirtió rápidamente en una referencia para el campo de la educación. Cuando me invitó a publicar un libro en esa colección, fue muy clara respecto de lo que proponía: los libros tenían que incluir los modelos y teorías más actuales en el campo científico, pero también reflejar la experiencia de las y los docentes. Y tenía que ser un libro personal, en el que se “sintiera” a la autora o el autor. Conocimiento y afecto eran el sello personal de Melina Furman.
Tal vez a esa manera tan especial de comunicar se puede atribuir su enorme influencia entre las y los docentes de distintos países de América Latina. Melina invitó a profesores y estudiantes a disfrutar de la maravillosa combinación de rigor metodológico y creatividad que es la aventura de la ciencia.
Su impacto en el sistema educativo quedó en evidencia en una investigación reciente sobre la formación docente en Argentina, Chile y Uruguay que dirigió el Dr. Axel Rivas. En el estudio se analizó quienes eran los autores que integraban la bibliografía de las materias que las y los estudiantes cursaban. Se encontró que había pocos autores en común entre los tres países (fundamentalmente grandes nombres de la psicología y la educación). Melina Furman formaba parte de este reducido grupo: no solo era leída en los cursos de Didáctica de la Ciencia de los tres países, sino que en todos ellos era la autora más leída en el área.
Pero quienes tuvimos la suerte de conocer a Melina no la recordaremos solo por sus conocimientos o por el modo en que podía convertir esos conocimientos en una especial de sabiduría para la educación, sino por su alegría, su permanente optimismo y su enorme generosidad para creer en el potencial de otras personas, por su capacidad para motivar y su disponibilidad para acompañar los procesos de desarrollo. Chispa y andamio: con esas palabras certeras la despidieron sus colegas de la editorial Siglo XXI. La extrañaremos.