Cuando la ciencia aporta a la solución de problemas ciudadanos

Hay un momento donde el trabajo científico cumple una gran misión: cuando es percibido por las personas como una herramienta para resolver sus problemas cotidianos. Y si bien esto ya ha quedado muy claro en el actual contexto de pandemia, es un hecho que se actualiza permanentemente cuando la respuesta científica llega al auxilio de los problemas ciudadanos. Así quedó evidenciado en la localidad de Puerto Madryn, donde vecinos y vecinas alertaron sobre el surgimiento de aguas cloacales en sus hogares.

“Identificamos el problema cuando observamos que la humedad florecía en el exterior e interior de nuestros hogares. Quisimos confirmar lo que sospechamos desde un principio: que por debajo de la vivienda teníamos aguas cloacales”, relata Stella Maris Velazco vecina del Barrio Comercio 2 de la Ciudad de Puerto Madryn en la Provincia del Chubut.

La hipótesis principal de los vecinos y vecinas era que las filtraciones se debían a la cercanía de sus viviendas con piletas de tratamiento de efluentes que existen desde antes que se construyera el barrio.

Frente a esta situación,  acudieron al CCT CONICET-CENPAT el cual, por intermedio de su Oficina de Vinculación Tecnológica, convocó a especialistas para evaluar el caso y dar respuesta.

“La asistencia consistió en estudiar si las piletas aireadas que tratan una parte de los líquidos cloacales de Puerto Madryn, eran las responsables de los problemas de humedad que manifestaban tener los vecinos del barrio que las rodea o si se debía a otra causa. Para realizar el estudio instalamos una red de monitoreo que nos permitió generar perfiles de suelo, mapas de flujo del agua subterránea, relevar la calidad química del agua subterránea y estudiar la relación con el agua de las piletas. A partir de esos datos y la interpretación geomorfológica pudimos generar un modelo de funcionamiento e identificar las causas de la humedad que se presentaban en el barrio”, explica Pilar Álvarez, investigadora adjunta del Instituto Patagónico para el Estudio de los Ecosistemas Continentales (IPEEC-CONICET), especializada en hidrogeología.

Otro de los involucrados fue Mauricio Faleschini, investigador asistente del Centro para el Estudio de los Sistemas Marinos (CESIMAR-CONICET). “Mi aporte surgió a partir de la necesidad de encarar un segundo muestreo luego de la inquietud de vecinos y vecinas que vieron agravado el problema de sus napas. En este segundo muestreo incorporamos en el agua subterránea mediciones bacteriológicas y de amonio, ya que son parámetros  indicadores de presencia de líquido cloacal”.

El trabajo de Álvarez y Faleschini derivó en la concreción de un informe técnico titulado “Análisis geohidrológico en las inmediaciones de las piletas de aireación encargadas del tratamiento de aguas cloacales de la Ciudad de Puerto Madryn”, del cual también participó Eleonora Silvina Carol, especialista en recurso hídricos e investigadora independiente del Centro de Investigaciones Geológicas del CONICET y de la Universidad Nacional de La Plata.

En dicho informe, los especialistas establecieron que efectivamente existía “una alteración del flujo subterráneo y del contenido de bacterias y amonio registrada en el punto PMP15 (pozo incorporado en el monitoreo 2020 a raíz de la solicitud de los vecinos) indicando que existe un aporte de agua extra al natural para la zona y que es de origen cloacal y puntual”.

Sin embargo, en sus conclusiones manifiestan otro posible agravante: una filtración de un caño de la red cloacal.

“El flujo subterráneo monitoreado aguas abajo de las piletas, así como el análisis de los datos bacteriológicos e isotópicos, no evidencian que hubiera filtración desde las piletas hacia el medio subterráneo en magnitud tal que sean detectables por las técnicas utilizadas en este informe. Se concluye que el aporte cloacal detectado en el PMP15 proviene de una filtración desde una caño de la red cloacal. Por lo tanto se recomienda buscar la existencia de fugas en la red cloacal de Av. del Trabajo hacia el Este y de la calle Granaderos hacia el Sur”, señala el informe.

De esta manera, el trabajo de la comunidad científica del CCT CONICET- CENPAT aportó las certezas y los datos que tanto vecinos y vecinas como la cooperativa de servicios y la municipalidad de Puerto Madryn necesitaban para abordar el problema.

Las enseñanzas que quedaron

“Fue muy gratificante haber trabajado directamente desde mi disciplina para resolver una problemática concreta de la ciudad. Sobretodo sabiendo que el origen de la demanda surgió desde la necesidad de los vecinos de encontrar respuesta a un problema que ellos tenían. Tanto más gratificante fue saber que confiaron en nosotros y que al finalizar nuestro trabajo nos dijeran que les van a decir a sus vecinos que también trabajamos para ellos”, resume la científica Pilar Álvarez.

Por su parte Faleschini también se muestra satisfecho por este vínculo ciencia-sociedad: “En primera medida, el estudio permitió brindar información y aclarar con datos científicos una discordia entre vecinos, la cooperativa de servicios públicos y las autoridades municipales. El balance muestra cómo el sector científico ante una demanda puntual desde sectores populares, con una problemática puntual, pudo hacer una evaluación de la misma, y llegar a conclusiones que permitieron abordarla y esperemos que también a dar herramientas para solucionarla definitivamente. Es una satisfacción poder aportar con trabajo científico a la solución de problemas concretos”.

“Nuestra evaluación del trabajo del CONICET es excelente. Desde el director, a la científica y el científico siempre se mostraron bien dispuestos a ayudar y a sacarnos todas las dudas. Me quedo con la experiencia de saber que esta institución científica no solo está para organismos gubernamentales o empresas privadas, sino también para los ciudadanos”, cierra la vecina Stella Maris Velazco.

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