CIENCIAS EXACTAS Y NATURALES

Cuando el aceite de oliva no lo es

Investigadoras del CONICET y la CIC participan del proyecto europeo OLEUM para desarrollar nuevos métodos para detectar aceites de oliva fraudulentos con el objetivo de garantizar su calidad y autenticidad.


El proyecto europeo OLEUM comenzó en septiembre del año 2016 y finaliza en el 2020. Rosa María Alonso-Salces, investigadora adjunta del CONICET y Sandra Fuselli, investigadora de la Comisión de Investigaciones Científicas (CIC), ambas con sede en la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMdP) son las científicas que participan activamente en este proyecto de investigación internacional.

Su objetivo principal es desarrollar nuevos métodos de análisis para abordar diversas problemáticas relacionadas con el aceite de oliva que no han sido resueltas hasta el momento, como la adulteración del aceite de oliva virgen (AOV) con aceite de oliva desodorizado suave o con otros aceites vegetales, la autentificación de su origen geográfico, o la determinación de su frescura y vida útil.

“Además, existe una necesidad de decidir qué hacer con los AOV con composiciones químicas fuera de la norma del Consejo Oleícola Internacional (COI), como ocurre con algunos AOV argentinos, así como armonizar la legislación entre los países”, explica Alonso-Salces.

El consumo del aceite de oliva ha ido en aumento en los últimos años, principalmente por considerarse como un alimento saludable por ser fuente de antioxidantes. Sin embargo, su creciente producción y comercialización a nivel mundial y la ausencia de métodos analíticos eficaces y armonizados para detectar fraudes en el aceite de oliva lo han convertido en un blanco ideal para llevar a cabo prácticas fraudulentas, desde su elaboración adulterándolo o mezclándolo ilegalmente con otros aceites, hasta su etiquetado intencionadamente engañoso en cuanto a la clase de aceite de oliva o a su procedencia.

Con respecto a esto, la investigadora indica que “el Parlamento Europeo en una reunión plenaria dedicada a la crisis alimentaria llegó a sentenciar que el aceite de oliva ocupaba el primer puesto dentro de la clasificación de los diez alimentos con mayor riesgo de sufrir situaciones de fraude, con el consecuente impacto negativo tanto en los agentes del sector que se atienen a la legislación vigente como en la confianza de los consumidores”, y agrega: “Ante este escenario, la Comisión Europea convocó un concurso específico dentro del Programa Horizonte 2020 con el objetivo de buscar estrategias analíticas que aseguren la autenticidad y calidad del aceite de oliva a escala mundial”.

El consorcio está conformado por 20 socios de 15 países alrededor del mundo. “La participación de Argentina es de suma importancia en esta iniciativa porque es el décimo país productor mundial de aceites de oliva”, afirma la investigadora, y agrega que el país ocupa el primer lugar en el continente americano.

Según la Cámara Olivícola de San Juan, Argentina tiene sólo el 1 por ciento de la producción mundial de aceite de oliva pero cuenta con muy buenas posibilidades porque es un potencial productor de aceite de oliva extra virgen monovarietal.

“En el proyecto OLEUM además se pretende promover el intercambio de tecnología por medio de la creación de una amplia comunidad internacional de excelencia de laboratorios analíticos e instituciones dedicados al control de calidad del aceite de oliva, entre las que se encontrarán el INTI e INTA de Argentina”, señala Alonso-Salces.

En la Red OLEUM participarán instituciones y laboratorios argentinos como el INTI-PTM, INTI-Mendoza, el Panel de Cata de la Universidad Católica de Cuyo, y el Panel de Catadores del Valle de Catamarca de INTA-Catamarca, a los que se les transferirá los conocimientos resultados del proyecto OLEUM.

“Nuestro aporte desde Argentina será la puesta a punto de metodologías analíticas mediante resonancia magnética nuclear para la autentificación de aceites de oliva vírgenes, la detección de los fraudes mencionados y el seguimiento de la vida útil del aceite de oliva, mediante cromatografía líquida acoplada a la espectrometría de masas para determinar los polifenoles de los aceites de oliva vírgenes que tienen propiedades beneficiosas para la salud según los datos de salud publicados en la regulación europea”, concluye Alonso-Salces.

Por Sabrina Aguilera – CCT Mar del Plata.