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Ciencia en juego 2023: la actividad consolidó su presencia en escuelas y amplió nuevos espacios de encuentro
Más de 1300 estudiantes de escuelas primarias de todo el país participaron de los intercambios y diálogos con científicos y científicas del Consejo.
En su cuarta edición, Ciencia en Juego volvió a formar parte de las planificaciones de docentes de educación primaria interesados/as en conocer quiénes son y sobre qué investigan investigadores e investigadoras en el CONICET. De esta manera, el Programa de Promoción de Vocaciones Científicas (VocAr), trabajó de manera articulada con diferentes Centros Científicos Tecnológicos del Consejo para fomentar la cultura científica en las aulas y visibilizar la presencia que tiene el CONICET en gran parte de la Argentina.
En este nuevo ciclo se propiciaron encuentros híbridos en los que algunos/as científicos/as pudieron visitar aquellas escuelas cercanas a su lugar de trabajo y, a su vez, se sostuvo la virtualidad con la finalidad de reunir a los y las estudiantes con agentes científicos del Consejo. Este año, además, la actividad se desarrolló en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires y en el marco de la megamuestra de ciencia, arte y tecnología, Tecnópolis. En toda instancia, los encuentros fueron exitosos y con gran participación del público que demostró entusiasmo y curiosidad por conocer a profundidad el quehacer científico y su impacto en la sociedad.
Varios de los docentes que participaron de los encuentros este año coincidieron en la importancia de poder acercar la ciencia a la escuela para que sus alumnos/as conozcan las diversas disciplinas que se abordan en el Consejo y resaltaron la importancia de permitir la formulación de preguntas a las y los investigadores. Fernando Karaseur, el asistente técnico-pedagógico de La Escuela Primaria Común N° 12 República del Paraguay de Capital Federal, intensificada en Actividades Científicas comentó: “Los chicos han participado de la selección del científico/a teniendo en cuenta sus temas de investigación y la posible relación con lo que trabajan en clase”, en su caso, “La lectura de la ficha de presentación del científico/a les ha ampliado la mirada acerca de su trabajo cotidiano y les permitió identificarse a través de sus anécdotas y recuerdos de la infancia”. Y continuó: “Reflejo de esto son las preguntas que han formulado, y contextualizado, otorgado un enfoque problematizador a las secuencias de enseñanza”.
Por su parte, la docente del colegio U.E.G.P Nº74 de Chaco, habiendo realizado el intercambio con alumnos/as de sexto y séptimo grado y con las investigadoras Constanza Melián y María Ana Vicerich expresó que: “Enseñar ciencia siempre te atrapa de múltiples maneras, te hace repensar un montón de situaciones, te sitúa en el pasado y te proyecta a futuro”. En su caso, enseñar ciencia es una pasión que la lleva a buscar novedades para los estudiantes y nuevas formas de enseñar y acercar conocimientos. En esa búsqueda llega a la propuesta del CONICET, Ciencia en Juego de VocAr, que les permite conocer más de cerca a aquellos que hacen ciencia a diario. “La enseñanza de las ciencias favorece en nuestros jóvenes estudiantes el desarrollo de sus capacidades de observación, análisis, razonamiento, comunicación y abstracción; permite que piensen y elaboren su pensamiento de manera autónoma y autodidáctica”, concluye la maestra.
En cuanto a los investigadores e investigadoras cada edición se suman más y se complementan las áreas de interés local de las escuelas. Tal es el caso de Martín Ciancio quien inició su participación en época de pandemia y continúa porque considera que es una actividad importante, la cual ayuda a vincular al organismo a nuclear la mayor parte de la actividad científica del país con instituciones educativas de manera directa y ofrecer otra vía para que otros integrantes de nuestra sociedad sepan que hacen y porqué es importante para nuestro país. Para el investigador la posibilidad de que el intercambio sea de manera virtual “permite achicar distancias, generando vínculos con cualquier grupo que esté interesado, más allá de su ubicación geográfica”. Ciancio remarca el contacto distendido y ordenado surgido a partir de las actividades que las y los estudiantes están realizando en la escuela, lo que aporta un contexto al encuentro, que termina involucrándose en su desarrollo curricular.
Ciencia en Juego aporta nuevas experiencias tanto para la comunidad educativa como para la comunidad científica: cómo comunicar en ciencia y poder explicar lo que hace el científico/a de una manera diferente a la que están acostumbrados en el ámbito académico y retroalimentarse con las vivencias propias de otras regiones a partir del relato de los alumnos/as. “Para mí es una instancia de aprendizaje también, ya que las preguntas de los niños y niñas muchas veces no son las que esperaríamos de un adulto y me llevan a pensar las cosas desde otra perspectiva”, confiesa Ciancio y concluye “también es importante que ellos y ellas sepan que si quieren dedicarse a la investigación, si bien no es un camino sencillo, cualquiera tiene la posibilidad de alcanzarlo si se lo propone”.
Esta acción permite que los/as docentes puedan trabajar las secuencias didácticas e integrar diversas áreas para el abordaje de aprendizajes. A partir de marzo de 2024 se abrirán las inscripciones de la nueva edición.
Sobre Ciencia en juego:
Ciencia en Juego busca recuperar el sentido simbólico que tuvieron las cartas en la historia de la ciencia como canal de comunicación entre científicos y científicas y propone dar comienzo a diálogos que despierten nuevas ideas, preguntas, conocimientos y vocaciones.
Esta propuesta surgió con el propósito de acercar el CONICET a las escuelas y poder reunir a alrededor de 100 científicos y científicas de diferentes provincias de Argentina, con estudiantes de todo el país.
Ciencia en Juego es una actividad que apunta, principalmente, a los alumnos de los últimos grados del nivel primario, y también está abierta a los estudiantes de nivel secundario.
Camila Molina