VINCULACIÓN TECNOLÓGICA
Alimentos y prosperidad: desarrollos tecnológicos para un sector de alta relevancia
Representantes del CONICET fueron parte de un encuentro que promovió la difusión de ideas que agregan valor a la cadena agroalimentaria.
Científicos, empresarios y estudiantes se reunieron el 9 de septiembre en la Ciudad Cultural Konex, ciudad de Buenos Aires, para participar de la jornada “Alimentos y Prosperidad” (A&P) organizada por el Grupo Saporiti en conjunto con el CONICET, PCyT fauba y la Red Argentino-Americana para el Liderazgo (REAL).
La apertura del evento, cuyo objetivo fue vincular las comunidades de investigación con la industria alimentaria, estuvo a cargo de Santiago Villa, Director de Vinculación Tecnológica del Consejo (DVT), quien expresó su satisfacción de formar parte de una jornada que puso en interacción la ciencia básica con el sector productivo.
“Este tipo de reuniones hace que todos los organismos implicados en la innovación se puedan relacionar para conocer las necesidades que tienen y así conformar acuerdos que resulten en productos que puedan llegar a la gente”, aclaró, ya que según explicó, los grandes proyectos no surgen a partir de mezclar recetas que están disponibles en muchos lugares del mundo sino porque “previamente se construyen relaciones”.
La bienvenida también fue dada por Adrián Saporiti, presidente del Grupo; Jorge Cella, Director de Tecnología para Argentina y Uruguay de Microsoft; Ricardo Vanella, presidente de REAL y Frank Talluto, segundo secretario de Medio Ambiente, Ciencia, Tecnología y Salud de la embajada de los EEUU.
La reunión contó con distintas conferencias impartidas por investigadores sobre temas relacionados con la industria alimentaria, además de un show que constó de una gran variedad de espectáculos artísticos.
La ciencia de los alimentos
En las exposiciones estuvo presente Diego Golombek, investigador principal del CONICET en el Laboratorio de Cronobiología dela UniversidadNacionalde Quilmes (UNQ), quién utilizó el universo gastronómico para hablar de ciencia en un intento por explicar cómo es que estos tienen una relación, que, a simple vista, pareciera no existir.
“Se pueden establecer diversos paralelismos entre la cocina y la ciencia, algunos de ellos se relacionan con la técnicas involucradas, tanto en el ámbito cotidiano como en el profesional. Un extremo de esta tendencia es la llamada ‘gastronomía molecular’ que aprovecha al máximo diversos recursos del laboratorio para aplicarlas a recetas que desafían los sentidos”, explicó el investigador.
Además, hizo un recorrido que abarcó a diferentes científicos que se han preocupado activamente por los secretos de los alimentos y sus cocciones. “La cocina es un laboratorio”, concluyó.
Por otra parte participó de la presentación Graciela Font, investigadora superior del Consejo y Directora del Centro de Referencia para Lactobacilos (CERELA), quien habló sobre las innovaciones en la aplicación de bacterias lácticas en la tecnología de alimentos.
“Las bacterias lácticas son reconocidas en la industria de alimentos debido a sus propiedades tecnológicas y beneficiosas para la salud y el bienestar. Otro ámbito de aplicación es la bioconservación de alimentos ya que producen una diversidad de compuestos con efecto antibacteriano o antifúngico que permite reducir el agregado de conservantes químicos”, explicó.
Detalló que a partir de las investigaciones realizadas sobre las propiedades de la bacteria láctica probiótica Lactobacillus rhamnosus CRL 1505, propiedad de CERELA-CONICET, surgieron alimentos funcionales que hoy se encuentran en programas sociales, como Yogurito, Chocolet y Biosec. “Estos probióticos sociales tienen un efecto positivo en la salud del consumidor y hoy se suministran a unos 200.000 escolares en la provincia de Tucumán. Son el resultado de un trabajo conjunto entre diferentes actores del sector científico-tecnológico, el sector privado y el estado provincial y nacional”, explicó la investigadora.