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La investigación en didáctica -en tanto disciplina que se ocupa del estudio de las prácticas de enseñanza- está inherentemente ligada al trabajo en el aula. Sin embargo, con frecuencia, sus resultados no suelen volver a ella o no lo hacen con todas las potencialidades para la enseñanza y el aprendizaje que conllevan. ¿Cuáles son las causas de estas desvinculaciones? ¿Cómo retomar los hallazgos didácticos para mejorar las prácticas de enseñanza? En relación con estas preguntas, la presente ponencia sistematiza los aportes de la investigación ?Escribir en forma epistémica para participar y construir saberes en dos asignaturas del nivel superior?, investigación didáctica desarrollada en el marco del GICEOLEM (grupo para la Inclusión y la Calidad Educativas a través de Ocuparnos de la Lectura y la Escritura en todas las Materias), equipo que dirige la Dra. Paula Carlino (CONICET-UBA). Así, a partir de esta indagación, proponemos tres dimensiones de sistematización para repensar los aportes de las investigaciones didácticas en el aula. La primera dimensión se vincula con el qué se propone hacer (qué proponen hacer los docentes a los alumnos, por qué, para qué y sobre qué contenidos se trabaja). La segunda dimensión se relaciona con el quién debe hacer eso que se propone (quién debe actuar en la clase: ¿los profesores, los alumnos o ambos en una acción conjunta?). La tercera dimensión, por su parte, atañe al cómo se lo propone hacer (cómo progresan los saberes en el tiempo, qué lugar se da a la acción conjunta entre docentes y alumnos a propósito de la construcción del conocimiento en el aula). Estas tres dimensiones, con base en las nociones de mesogénesis, topogénesis y cronogénesis de Sensevy (2007, 2011), posibilitan ponderar los alcances de las investigaciones didácticas y repensar la actualización y los sentidos de sus propuestas en las aulas.

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