INVESTIGADORES
BERTONCINI Carlos Walter
artículos
Título:
Proteínas escurridizas
Autor/es:
SANTIAGO ESTEBAN-MARTIN; CARLOS W. BERTONCINI; XAVIER SALVATELLA
Revista:
INVESTIGACION Y CIENCIA
Editorial:
PRENSA CIENTÍFICA S.A.
Referencias:
Lugar: Barcelona; Año: 2011 p. 64 - 65
ISSN:
0210-136X
Resumen:
Ante la imposibilidad de conocer su estructura por los medios usuales, debe recurrirse al refinado de modelos estadísticos.
Existen solo veinte aminoácidos naturales para la biosíntesis de
proteínas de acuerdo con las instrucciones codificadas en el genoma.
Siendo tan simples en su composición química, ¿cómo es posible que estas
macromoléculas puedan ejecutar funciones de suma diversidad y
complejidad? Ello se debe a que la actividad biológica de cada proteína
no depende tanto de la naturaleza de los aminoácidos que la componen
como del modo en que se combinan y, por tanto, de la estructura
tridimensional que esta adopta al plegarse. Para una proteína mediana,
de unos 200 aminoácidos, el número de combinaciones posibles para los
veinte aminoácidos disponibles asciende a 20exp200.
La estrecha relación entre la estructura y la función en las proteínas
ha originado programas de investigación que tienen por objeto la
determinación sistemática de la estructura de todas las proteínas del
genoma. Estos estudios han revelado, sorprendentemente, que existe un
número elevado de proteínas que, aunque no adoptan estructuras
tridimensionales definidas, llevan a cabo importantes funciones
biológicas. Esta nueva clase de proteínas, que desafían en parte el
dogma central de la biología molecular formulado por Francis Crick en
1958 (a cada secuencia aminoacídica le corresponde una estructura
tridimensional), recibe el nombre de proteínas intrínsecamente
desordenadas (IDP, por sus siglas en inglés)