INVESTIGADORES
COLOMBO Laura Marina
congresos y reuniones científicas
Título:
La socialización de textos intermedios: Un aspecto fundamental para el avance de la escritura en la investigación
Autor/es:
COLOMBO, LAURA
Lugar:
La Plata
Reunión:
Encuentro; IV Encuentro de Investigadores en Desarrollo y Aprendizaje; 2016
Institución organizadora:
Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de La Plata
Resumen:
Las prácticas de escritura son imprescindibles para la producción y comunicación del conocimiento científico. Por ello, debieran tener un rol prioritario en la formación para la investigación en el posgrado. Sin embargo, no todas las instituciones asumen la responsabilidad de enseñar a escribir en este nivel (Mullen, 2001). En la Argentina, si bien con la expansión de los posgrados comenzaron a realizarse investigaciones y proyectos orientados a la enseñanza de la escritura científico-académica (por ej., Carlino, 2012; di Stefano & Pereira, 2007), son acotadas las instancias que la articulan con la formación para la investigación y la socialización de textos intermedios. Ante este panorama, han comenzado a desarrollarse propuestas pedagógicas basadas en la idea de que las prácticas de escritura académico-científica precisan ser enseñadas ya son elementos claves para la producción y difusión del conocimiento. Por tanto, deben tener un lugar central en las actividades de formación y supervisión en el posgrado. Se abandonan, entonces, aquellos posicionamientos que realzan los problemas que los estudiantes presentan para pasar a analizar cómo enseñar los usos específicos del discurso en cada comunidad académica disciplinar (Kamler & Thomson, 2006). Ahora bien, estos posicionamientos también conciben la construcción del conocimiento como una práctica discursiva que define y construye los saberes, por lo que la producción textual no es vista como la etapa final de una investigación, sino como algo inherente a ella y que está presente desde el principio. Podemos, entonces, afirmar que aquellos que se encuentran elaborando una tesis, a la vez, atraviesan un proceso de enculturación disciplinar en el que, al participar de determinadas prácticas discursivas aprenden los modos de ser y hacer en sus respectivos campos de conocimiento. El concepto de enculturación disciplinar parte de un enfoque sociocultural del aprendizaje y la actividad humana que analiza los procesos de aprendizaje como procesos de participación social (Lave & Wenger, 1991; Vygotsky, 1978, entre otros). Por lo tanto, el aprender a escribir una tesis no constituye una ?internalización? por parte del sujeto de un conocimiento objetivo sobre la escritura académica, sino que implica un proceso de participación gradual en determinados contextos sociales, donde el desarrollo de la identidad escritora se produce mediante la gradual participación en y transformación de comunidades de práctica (Colombo, 2012). A nivel de posgrado, las comunidades en las cuales se integran progresivamente los estudiantes al producir textos académicos están definidas por las particularidades de cada campo disciplinar, lo cual pone de relieve la conexión intrínseca entre la escritura y la disciplina en la que se desarrolla. Producir una tesis doctoral, entonces, implica adentrarse en una trama compuesta de interacciones con otros sujetos (autores, profesores, directores de tesis, pares, etc.) y con artefactos (libros, artículos científicos, reglamentaciones y normativas nacionales e institucionales, etc.) que acarrean la historia de la comunidad disciplinar de práctica, concebida como una estructura provisional que forma y es formada por relaciones históricamente construidas entre actores y artefactos (Prior, 1998). Estas asunciones nos llevaron a explorar cómo las interacciones con otros influyen el proceso de redacción de una tesis. El análisis de 20 entrevistas en profundidad a doctorandos y recientes doctores en Lingüística y Educación de universidades públicas y privadas del área metropolitana de Buenos Aires dio por resultado que los lectores prueba (personas que leen versiones tempranas de sus textos) constituyen un recurso escaso pero valorado por los tesistas. Nuestros hallazgos muestran que a lo largo del proceso de tesis los doctorandos comparten textos intermedios tanto con lectores pertenecientes como ajenos a sus campos disciplinares (Colombo, 2014). Las interacciones que se producen al compartir borradores muchas veces facilitan el mejoramiento de la escritura y también ayudan a avanzar con la investigación. Sin embargo, el acceso a lectores prueba corre por cuenta de cada tesista (Colombo, 2013a). A partir de esto, nos propusimos pensar iniciativas pedagógicas a nivel de posgrado que permitieran a los tesistas gradualmente adentrarse en la cultura investigativa e incentivar el mejoramiento de la escritura mediante el intercambio con otros. Comenzamos, entonces, a indagar el uso de los grupos de escritura como dispositivos didácticos orientados a ampliar la formación doctoral. La modalidad más común de funcionamiento de estos grupos es la siguiente: cada participante comparte una versión preliminar de su texto para que el resto de los integrantes, luego de leerlo, ofrezca comentarios y críticas que ayuden a mejorarlo. El análisis de la bibliografía sobre el tema (Colombo & Carlino, 2015) así como la experiencia que estamos llevando a cabo desde hace más de 2 años con doctorandos de diferentes disciplinas (Colombo, 2013b) indican que estos grupos constituyen un dispositivo didáctico que, al efectivizar oportunidades de participación, propicia intercambios que facilitan el aprendizaje de las prácticas de escritura y los quehaceres de la investigación. Asimismo, inauguran espacios seguros donde ejercer y ensayar usos auténticos de la lectura y la escritura en ámbitos académico-científicos tales como la revisión entre pares. Los hallazgos presentados otorgan un sentido crítico y estratégico a la escritura en el hacer y comunicar ciencia y resaltan la necesidad de fomentar iniciativas pedagógicas orientadas a su enseñanza. Creemos que las prácticas colegiadas de trabajo con los textos deben empezar a ser practicadas desde el inicio de la formación en investigación para que la escritura deje de ser una actividad solitaria y divorciada del quehacer investigativo y pase a constituir una instancia de participación gradual en comunidades científicas. Creemos que las iniciativas que fomentan espacios de socialización/enculturación disciplinar a través del trabajo con los textos otorgan a los doctorandos acceso a la comunidad académica así como más oportunidades de contacto social e intelectual, necesarios para seguir mejorando sus tareas de investigación y desarrollarse como académicos.