Ecos del teatro de la desintegración en el Nuevo Cine Argentino

SORIA, CAROLINA

Ciudad Autónoma de Buenos Aires

Congreso; XVIII Congreso Internacional de Teatro Iberoamericano y Argentino; 2009

Instituto de Historia del Arte Argentino y Latinoamericano “Luis Ordaz”

<!-- /* Style Definitions */ p.MsoNormal, li.MsoNormal, div.MsoNormal {mso-style-parent:""; margin:0cm; margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:12.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-fareast-font-family:"Times New Roman";} @page Section1 {size:612.0pt 792.0pt; margin:70.85pt 3.0cm 70.85pt 3.0cm; mso-header-margin:36.0pt; mso-footer-margin:36.0pt; mso-paper-source:0;} div.Section1 {page:Section1;} --> Ya en la década del 80, el sistema de representación realista fue puesto en crisis por las textualidades emergentes. Siguiendo la periodización que efectúa Osvaldo Pellettieri, situaremos dentro del sistema teatral argentino, entre los años 1983 y 1998, al Teatro de la desintegración (1985-1997), que cohabita con el Teatro de la resistencia en la fase de intertexto posmoderno.Dentro del Nuevo Cine Argentino, también se ha efectuado una distinción en sus modos de representación. Por un lado, la modalidad “realista” en la que se ubican directores como Adrian Israel Caetano, Bruno Stagnaro y Pablo Trapero; y, en oposición a ella, la “no realista”, que inaugura Martín Rejtman con el film Rapado y que es continuada por cineastas como Juan Villegas y Diego Lerman. Nuestro propósito es analizar de qué manera dos tendencias coetáneas comparten elementos que distinguen cada estética. Definiremos los elementos recurrentes que caracterizan al teatro de la desintegración y advertiremos los vínculos que se perciben y se establecen con el Nuevo Cine Argentino, tales como la construcción de los personajes y su habla, las temáticas y la ausencia de referencialidad a un contexto socio-histórico y político determinado.