Competencias emocionales en estudiantes de ciencias de la salud.

LAUDADÍO, MARÍA JULIETA; MAZZITELLI, CLAUDIA ALEJANDRA; VEGA CÉSPEDES, E.

Encuentro; XVI Reunión Nacional y V Encuentro Internacional de la AACC; 2017

Introducción: En la actualidad, la inteligencia emocional es definida desde un enfoque multidimensional, que incluye tanto aspectos afectivos como cognitivos. Desde esta perspectiva nos permite analizar aspectos intrapersonales e interpersonales en el desarrollo de las competencias emocionales. En el ámbito de la salud la relación del equipo de salud con el paciente es fundamental, para ofrecer y recibir respectivamente una atención adecuada. De allí la necesidad de que los profesionales de este ámbito desarrollen la capacidad de entablar un diálogo en el que la información y la comunicación eficaz sean fluidas y de facilitar al paciente la expresión de dudas y temores y ofrecerle el conocimiento sobre su padecimiento lo más objetivo posible. Es por ello que la capacidad de identificar, comprender y regular las emociones en el profesional de la salud es imprescindible. La aparición del constructo inteligencia emocional ha favorecido la ampliación del campo de conocimiento, surgiendo diferentes conceptualizaciones, teorías e instrumentos de medición. Los desarrollos actuales se han centrado en el estudio de la validez de las pruebas utilizadas para medir la inteligencia emocional pero aún no hay un consenso en cuanto a su definición y modelo. Integrando las teorías existentes hasta el momento pueden distinguirse: los modelos basados en la habilidad y los modelos basados en el rasgo o modelos mixtos. El debate que se plantea con respecto a los modelos vigentes hasta el momento es que si ambos modelos se refieren a constructos diferentes o constituyen distintos aspectos del mismo constructo. Objetivos: Analizar la relación entre competencia emocional como habilidad y como rasgo en estudiantes de Ciencias de la Salud (Kinesiología). Metodología: La muestra está conformada por 61 alumnos de 1er año de la carrera de Kinesiología de una universidad de gestión privada de San Juan (Argentina). La participación fue voluntaria y anónima. Se utilizó el Trait Meta Mood Scale (TMMS) para evaluar la competencia emocional como habilidad que considera las percepciones que las personas tienen acerca de su capacidad de atender a las emociones, la claridad con que las perciben y su capacidad para reparar sus estados emocionales. Para evaluar la competencia emocional como rasgo se utilizó el Trait Emotional Intelligence Questionnaire Short ? Form (TEIQue-SF) se trata de un cuestionario que abarca las dimensiones: bienestar, autocontrol, emocionalidad y sociabilidad. Para el análisis de los datos se calculó la confiabilidad y el coeficiente de Pearson. Resultados: En cuanto a la consistencia interna los coeficientes obtenidos para ambos instrumentos cumplen con las condiciones de fiabilidad. En el TMMS se obtuvo un Alpha de Cronbach de .85 y en el caso del TEIQue un índice de fiabilidad total de .75. Al analizar la correlación entre ambos instrumentos se observó una correlación significativa baja. En cuanto a la correlación entre las dimensiones de ambos instrumentos los resultados señalan que: atención presenta baja correlación respecto a emocionalidad y negativamente con autocontrol; claridad correlaciona moderadamente con emocionalidad y, finalmente, reparación correlaciona moderadamente con bienestar. Sólo sociabilidad no correlacionó con ninguna de las dimensiones de la inteligencia emocional como habilidad. Discusión: A partir de los resultados se puede señalar que se encontraron relaciones significativas bajas y moderadas entre las dimensiones de ambos modelos. Esto apoyaría la idea de que más que diferentes dimensiones de un mismo constructo estaríamos frente a modelos contrapuestos. Sin embargo, dado que se trata de un contructo multidimensionalidad será necesario seguir profundizando respecto a la validez y confiabilidad de los instrumentos desarrollados. De esta manera podremos contar con medidas válidas y confiables a la hora de diseñar programas de desarrollo de las competencias emocionales en futuros profesionales de la salud.