CICLO DE ENTREVISTAS CONICET

“La filosofía de la ciencia tiene una forma de pensar y reflexionar que puede aportarle al ámbito científico”

¿Es posible lograr un lenguaje común entre las humanidades y las ciencias exactas y naturales? ¿La Biología puede incorporar conocimientos de la Filosofía?


Las humanidades y las ciencias exactas y naturales parecen, por momentos, pertenecer a dos universos diferentes. Sin embargo no es así para Guillermo Folguera, investigador adjunto del CONICET, y doctor en biología y licenciado en filosofía.

Folguera lidera un grupo multidisciplinario de doce personas que trabaja temas tan diversos como comportamiento humano, patentes, sistemática y biología evolutiva para encontrar un lenguaje común en el que puedan dialogar las diferentes ciencias entre ellas, e incluso dentro de las diferentes subáreas de cada una.

Según el investigador, la biología tuvo un crecimiento explosivo en los últimos 80 años, y por lo tanto “cuesta no sólo generar el diálogo con otras áreas de las ciencias humanas, sino incluso dentro del seno de las subdisciplinas de la biología”.

 

¿Cómo es el pasaje de las ciencias biológicas a la filosofía?

En realidad partió de una búsqueda que empezó mientras cursaba biología y buscaba respuestas a algunas cuestiones que me surgían dentro de la carrera misma. En un momento me resultó un poco agobiante la sensación de que muchas veces hay una parte de la investigación científica que se queda sólo en una especie de validación masiva de hipótesis y cierta verificación empírica, sin cuestionamientos de algunos aspectos más estructurales.

 

¿Qué herramientas suman las ciencias humanísticas al conocimiento biológico, o al sistema empírico, tal como lo conocemos hoy en día?

La filosofía de la ciencia tiene una forma de pensar y reflexionar propia, que puede aportarle al ámbito científico. Más aún, me parece que contribuye a la reflexión crítica sobre los supuestos de la investigación que en general no son reconocidos por las ciencias modernas. Nosotros no buscamos en principio destruirlos, si no tratar de visibilizarlos y analizarlos críticamente junto con el científico, como por ejemplo la relación con el campo ético.

 

Específicamente, ¿qué tipo de investigación encaran con su grupo?

La cuestión troncal es entender a la biología como un todo, cómo se relacionan – o no – entre sí diferentes áreas del conocimiento para entender el fenómeno de la vida en términos generales. Hay un problema científico-filosófico: en los últimos 80 años la biología tuvo una enorme proliferación de áreas, como por ejemplo la molecular y la genética, entre otras. Esto ha tenido como consecuencia no sólo la dificultad de generar el diálogo con áreas de las ciencias humanas, sino incluso dentro del seno de las subdisciplinas de la biología. Esta proliferación de áreas tiene problemas intrínsecos, a partir de su gran fragmentación y una importante contradicción entre ellas, por ejemplo.

 

¿Es posible encontrar una solución a estos problemas de comunicación?

Nosotros tratamos de proponer cierto tipo de integración en el marco de un problema filosófico y un reconocimiento de lo que se llamó la crisis del programa reduccionista, que es la imposibilidad de poder reducir ciertas áreas -en general de los ámbitos superiores-, a otras -de los inferiores-. En el caso de la biología, un ejemplo sería reducir todo al ámbito de sus conocimientos a la biología molecular. No todo puede ser analizado desde la óptica de las moléculas, sino que hay que incluir además aspectos macro.

 

¿Cuál sería otro ejemplo?

Tomemos el caso de la elección sexual de las personas. Muchos estudios recientes analizaron las vías neuronales que se activan frente a una pareja sexual atractiva, pero no depende sólo de esto, hay que incluir otras dimensiones. Por ejemplo, hay que tener además en cuenta el ambiente sociocultural en el que el individuo está inmerso, entre otros aspectos.

 

¿Cómo es el vínculo entre las humanidades y ciencias exactas y naturales y cómo se puede trabajar para estrechar lazos? 

No es sencillo el recorrido. Primero, siempre que juntás dos ámbitos diferentes hay hasta dos lenguajes distintos que hacen a una cierta no-comprensión mutua. A su vez, hay tradiciones que llevan a que esas relaciones sean aún más complicadas, ciertas miradas prejuiciosas entre uno y otro. Y después hay aspectos institucionales, epistemologías diferentes, tipos de publicaciones diferentes. Gran parte del esfuerzo de nuestros dos grupos es tratar de ver como lidiamos con los dos ámbitos. Tratamos de pulir el lenguaje, ir a eventos conjuntos, etc.

 

¿Es posible fomentar el ‘diálogo’ entre estas dos partes?

Ese es el desafío. Nuestro aporte inicial es coordinar reuniones mixtas, concurrimos a eventos científicos mixtos e intentamos hablar con voces mixtas a unos y otros. Pero nada de esto puede ocurrir si no hay una mirada atenta acerca de que lo que dice el otro es significativo, de que no hay una verdad unívoca. Hay que pensar en cómo tender puentes entre áreas, no sólo entre campos tan distantes, sino también en el seno de las mismas disciplinas, como es el caso de la biología y sus múltiples subáreas.

Formación

Guillermo Folguera obtuvo sus licenciaturas en Biología y Filosofía en la Universidad de Buenos Aires (UBA), y tiene un doctorado en Biología en la misma casa de estudios.
Además realizó estancias postdoctorales en las dos disciplinas en la Universidad Católica (Chile), la Universidad de Valladolid y Universidad del País Vasco (España) y la Universidad Autónoma Metropolitana y Universidad Nacional Autónoma (México).

 

Equipo

El grupo de Filosofía de la Biología está formado por Guillermo Folguera, Federico di Pasquo, Constanza Rendón, Pedro Fontanarrosa, Agustín Martínez, Manuel Sánchez, Christian Francese, María José Ferreira Ruiz, Sofía Barbero, Sebastián Salvarezza, Nahuel Pallitto, Erick Rubio, Gabriela Klier y Nicolás Lavagnino. El grupo forma parte de un Programa de Investigación de Filosofía de las Ciencias Especiales y es coordinado por Olimpia Lombardi, investigadora principal del CONICET.

  • Por Ana Belluscio.