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Amy Austin recibió el Premio L’Oréal “For Women in Science”

En la 20ma edición del prestigioso premio, es la primera vez que se galardona a una  ecóloga. Fue por las investigaciones sobre el impacto humano en la Patagonia que realiza su equipo del IFEVA (CONICET-UBA).


Amy Austin, investigadora principal del CONSEJO, en el Instituto de Investigaciones Fisiológicas y Ecológicas Vinculadas a la Agricultura (IFEVA, CONICET-UBA), recibió este jueves en París, Francia, el Premio Internacional L’Oréal-UNESCO “Por las Mujeres en la Ciencia”, representando a América Latina. Fue seleccionada por un jurado internacional compuesto por 10 personalidades reconocidas de la comunidad científica y presidido por la doctora Elizabeth Helen Blackburn, laureada en 2008 y premio Nobel de Medicina en 2009.

Es la primera vez que se premió a una investigadora de ecología y, según pondera Austin, esto es indicativo del rol que la disciplina está jugando en la comunidad. “No solo la científica sino que en general, y está relacionado a lo que estudiamos: el impacto humano sobre los ecosistemas y cómo eso puede traducirse en cambios globales como el cambio climático y cómo puede afectar nuestra salud. Lo que estamos haciendo está llegando a la conciencia del público general”, asegura.

Doctorada en Ciencias Biológicas de la Universidad de Stanford, de los Estados Unidos, en 1997 logró una estadía en nuestro país financiada por la National Science Foundation de aquel país y se radicó definitivamente en la Argentina, donde desarrolló sus estudios como integrante del IFEVA. “La premiación es a la trayectoria de nuestro grupo y a lo que nosotros hacemos, pero al mismo tiempo es importante la contribución que hace a toda la región América Latina”, confiesa la investigadora, que se convirtió en la quinta argentina en lograr la distinción.

Austin estudia los ecosistemas naturales para entender el impacto que tiene la actividad humana, y entender cómo funciona. “Si no tenemos información de cómo funciona el ecosistema en ausencia de actividad humana, es muy difícil para nosotros predecir y mitigar, o hacer algo, para prevenir. Los ecosistemas naturales son en gran parte responsables del balance de dióxido de carbono en la atmósfera, es muy importante lo que ellos hacen naturalmente, más que las estrategias que nosotros podamos tomar para reducir el carbono”.

Estudiar este tipo de ecosistemas en la Patagonia tiene sus particularidades, porque en términos generales está muy lejos de la actividad humana, son sistemas seminaturales, o naturales, con poco impacto humano en muchos lugares y además tienen un rango muy grande de diversidad. “No hay soluciones inmediatas lo que necesitamos para tomar decisiones es tener información sólida y que sea bien fundamentada. Necesitamos no tratar de restaurar ecosistemas pero sí entender cómo funcionan, nuestras ideas de restauración van a estar mejor definidas”.

Las otras ganadoras del Premio en esta edición fueron de la región Estados Árabes y África, Heather Zar, de Sudáfrica, por sus investigaciones en Pediatría. De Asia/Pacífico, Meemann Chang, de China, por sus estudios en Paleontología de Europa, Caloline Dean, del Reino Unido, por sus investigaciones en Biología molecular; de Norte América Janet Rossant, por sus estudios en Biología del desarrollo.

En ediciones anteriores de este premio internacional las argentinas Mariana Weissmann en 2003; Belén Elgoyhen, investigadora superior en el Instituto de Investigaciones en Ingeniería Genética y Biología Molecular “Dr. Héctor N. Torres, en 2008; Cecilia Bouzat, investigadora superior en el Instituto de Investigaciones Bioquímicas de Bahía Blanca (INIBIBB, CONICET-UNS), en 2014 y Andrea Gamarnik, investigadora principal en Instituto de Investigaciones Bioquímicas de Buenos Aires (IIBBA, CONICET-Fundación Leloir) en 2016.  Además en la categoría de “Rising Talent” en 2017 se premió a Julia Etulain, investigadora asistente en el Instituto de Medicina Experimental (IMEX, CONICET-Academia Nacional de Medicina .

Desde que se instauró el Premio hace 20 años ya fueron laureadas más de 2.800 científicas de más de 115 países, dos de las cuales han recibido luego el premio Nobel.

 

Desde el año 2007 se instauró el Premio Nacional L’Oréal-UNESCO “Por las Mujeres en la ciencia” en colaboración con CONICET. Amy Austin fue galardonada en la 9na. edición, en 2015, en la cual se habían convocado proyectos que abarcaran las ciencias de la vida, y que tenía el objetivo de consolidar el papel de la mujer en la concepción de soluciones científicas a los problemas con que debe enfrentarse la sociedad en el nuevo milenio. En aquella oportunidad, Julia Etulain, había obtenido el Premio en la categoría Jóvenes Investigadoras.

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