CIENCIAS BIOLÓGICAS Y DE LA SALUD
Un nuevo paradigma para la conservación de los bosques secos tropicales
Desde México hasta Argentina se extiende un ecosistema que contiene especies exclusivas de esos suelos que es necesario proteger.
Un grupo de 63 investigadores, entre los que se encuentran científicos del CONICET en el Instituto de Investigaciones en Ciencias Agrarias de Rosario (IICAR, CONICET-UNR), publicaron en Science un estudio inédito de los bosques secos de Latinoamérica, que aporta una base de datos de 7.000 especies únicas y destaca la urgencia de establecer nuevas áreas protegidas a lo largo y a lo ancho de todos los países involucrados.
“En este momento es uno de los ecosistemas tropicales más amenazados del mundo, principalmente por la deforestación descontrolada y los incendios intencionales, en pos de sumar suelos para la agricultura” señala Darién Prado, investigador independiente del CONICET y director del grupo de Botánica del IICAR, que integran la becaria posdoctoral del CONICET Virginia Mogni, y los docentes de la Universidad Nacional de Rosario Luis Oakley, Hernán Maturo y Luciano Galetti, del Herbario de la UNR. Por Argentina, también participó la doctora Olga Martínez perteneciente al Instituto de Bio y Geociencias del NOA (IBIGEO, CONICET-UNSa).
Los investigadores argentinos, junto a colegas de Latinoamérica y el Caribe, conforman la Red Florística Latinoamericana del Bosque Tropical Estacionalmente Seco* (DRYFLOR), autores de la publicación científica de la prestigiosa revista Science, que además fue tapa de la misma.
Secos, fértiles y exclusivos
En el artículo científico se analiza la riqueza florística, la diversidad de las plantas y el nivel de endemismos presente en estos ecosistemas donde predomina la sequía y al respecto Prado señala: “Los bosques secos neotropicales se caracterizan por tener una notoria estación seca que es muy variable en su duración, es decir, se puede extender desde un mes a casi un año; sus lluvias rara vez superan los 1.500 milímetros anuales y se asientan sobre suelos fértiles y pedregosos”.
“A partir de la investigación se logró elaborar una base de datos de árboles de los bosques secos, que contiene 1.602 inventarios florísticos de Latinoamérica y el Caribe y abarcan cerca de 7.000 especies, que presentan la ventaja de poder adaptarse a las altas temperaturas y a las prolongadas sequías”, destaca Prado y agrega que varios de los cultivos fundamentales para la alimentación y el comercio mundial actual como el maní, el tomate, el maíz y los porotos se originaron en estos ecosistemas.
Cada sector del bosque seco contiene ciertas especies únicas que no crecen en ningún otro lado y al respecto Prado señala: “Sólo en los bosques secos de Argentina y Bolivia existe el llamado ‘quebracho flojo’ (Loxopterygium grisebachii), pariente de los ‘quebrachos colorados’ del Chaco. También crecen sólo en esta región, aunque a veces aparecen en bosques linderos a los bosques secos, los tan conocidos ‘jacarandás’ (Jacaranda mimosifolia) y las ‘tipas’ (Tipuana tipu), ambas cultivadas en todo el mundo por sombra y su belleza”. Por este motivo, en el artículo científico se hace especial énfasis en la necesidad de la conservación de los bosques tanto al nivel regional como continental y se revela que de algunas regiones sólo queda un 10 por ciento de la extensión original, muy distinta a la situación de las selvas húmedas de la Amazonia, que conservan hasta el 80 por ciento.
“La investigación otorga un marco de referencia para los tomadores de decisiones políticas sobre la conservación del medio ambiente y la sustentabilidad de los ecosistemas” concluye Prado.
*La Red Florística Latinoamericana del Bosque Tropical Estacionalmente Seco recibe financiamiento de Leverhulme Trust, que fue creado por iniciativa de William Hesketh Lever, el fundador de Lever Brothers. Desde 1925 financia becas de investigación y educación y actualmente es uno de los fondos de investigación, aplicado a todas las disciplinas académicas, más grande del Reino Unido, distribuyendo aproximadamente 80 millones de libras esterlinas al año.
Por Ana Paradiso. CCT Rosario.