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Un investigador del CONICET tras la restitución del legajo de 42 trabajadores de YPF desaparecidos

Santiago Garaño trabajó para actualizar el listado de víctimas de la dictadura de la empresa estatal, participó de un acto homenaje realizado en YPF.


Hasta ahora, el casillero que indicaba el causal de baja del legajo de 42 trabajadores de YPF detenidos-desaparecidos durante la última Dictadura Militar decía “abandono del puesto de trabajo”. Pero a partir de una investigación asesorada por Santiago Garaño, doctor en Antropología de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (UBA) e investigador asistente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) –que actualizó el listado de los empleados de YPF detenidos-desaparecidos o asesinados entre 1974 y 1983-, ahora dirá “desaparición forzada o asesinato como consecuencia del accionar del terrorismo de Estado”.

“En el mundo académico no es normal tener este tipo de experiencias. Fue un honor para mí participar de este trabajo”, indicó Garaño. El trabajo de reivindicación se realizó en conjunto con la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, la Comisión de Trabajo por la Reconstrucción de Nuestra Identidad y la compañía estatal involucrada, y la novedad fue anunciada en un homenaje realizado esta semana en las inmediaciones de las oficinas de YPF en Puerto Madero, en el que se hizo entrega de los legajos reparados a los familiares de las víctimas.

Según detalló Garaño, la idea surgió en septiembre de 2014 y el asesoramiento para que la empresa recupere los legajos se viabilizó a través de un convenio con el área de Vinculación Tecnológica del CONICET. A partir del 11 de mayo de este año, Garaño comenzó a trabajar tres veces por semana en las oficinas de Recursos Humanos de YPF, para interiorizarse del funcionamiento y la dinámica de la empresa estatal. Ya había veintidós legajos recuperados, y a partir de su trabajo lograron dar con nuevos casos: “Primero me contacté con fiscales, abogados de delitos de lesa humanidad, sobre todo de La Plata, Mendoza, Neuquén y San Lorenzo, lugares donde YPF tiene más presencia. Contacté expertos, consulté la base de datos de Derechos Humanos del Equipo de Antropología Forense, del Parque de la Memoria, y así llegamos a cuarenta y dos casos”, comentó el investigador.

Para analizar cada caso incluido en esta reparación se tuvieron en cuenta dos condiciones: por un lado, el Estado Nacional debía tener acreditado al trabajador como una víctima del terrorismo de Estado; por otro, YPF debía constatar que dicha persona había sido empleada de la empresa hasta el momento de su desaparición o asesinato o que el cese de la relación laboral había tenido relación alguna con su posterior secuestro -por ejemplo, renuncias forzadas por la persecución política-.

Como resultado de la investigación, se identificaron veinte casos nuevos, que se sumaron a los veintidós ya registrados por el decreto 1199/2012, que preveía la enmienda de legajos de trabajadores de distintas empresas u organismos estatales. En total, YPF reparó los legajos de los cuarenta y dos trabajadores de la compañía y realizó dos copias certificadas que fueron entregadas a los familiares de las víctimas y al Archivo Nacional de la Memoria, dependiente de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación.

La última etapa consistió en contactar a los familiares de los trabajadores víctimas del terrorismo de Estado. “Encontramos a cuarenta de las cuarenta y dos familias”, aclaró Garaño. El listado de los cuarenta y dos legajos, señalaron desde la empresa estatal, es “parcial y provisorio”, debido a las modalidades que adoptó la represión clandestina: en este sentido, la compañía mantendrá la acción en el tiempo para determinar si hubo otros casos.

 

Homenaje

En el acto de homenaje en Puerto Madero, estuvieron presentes la directora del área de Ciencias Sociales y Humanidades del CONICET, Dora Barrancos, el ministro de Economía de la Nación, Axel Kicillof, el presidente y CEO de YPF, Miguel Galuccio, y el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Martín Fresneda. También estuvieron el embajador argentino en España, Carlos Bettini, y la presidenta de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto.

“Este es un reconocimiento justo para un grupo de ypefianos, con todo lo que significa pertenecer a esta empresa tan querida. Es un acto formal que, aunque podría ser pequeño, es enorme para estas familias que buscan reconstruir su historia”, afirmó Galuccio en el homenaje.

Por su parte, Martín Fresneda, secretario de Derechos Humanos de la Nación, reconoció que “el gesto de YPF de reparar esta historia para un grupo de trabajadores en donde su trabajo formaba parte central de su vida es un acto de justicia en una empresa que hoy forma parte central de un país que, a partir de la decisión de la presidenta de la Nación, busca soberanía”.