CIENCIA CON VOZ PROPIA

Toros argentinos a la vanguardia de la selección animal

Un proyecto interdisciplinario elaborará un ranking de razas basado en información genómica.


Por Pilar Peral García*

Gracias a un convenio firmado entre el CONICET y la empresa Affymetrix Inc., el Instituto de Genética Veterinaria (IGEVET, CONICET-UNLP) recibió hace unos meses un equipo llamado GeneTitan. Se trata de una plataforma de análisis genómicos compuesto por un láser de microchips que permite determinar el genotipo de 640 mil variaciones del genoma de cien individuos en unas pocas horas. Único en su tipo en la Argentina y tercero en Latinoamérica –México y Brasil también cuentan con uno- este dispositivo es el primer eslabón para que se pueda aplicar enteramente en el país una tecnología conocida como Selección Genómica.

Esta incorporación ha posibilitado el desarrollo y puesta en marcha del Programa de Selección Genómica para las razas de toros Brangus y Braford, un proyecto interinstitucional que permitirá elaborar un ranking en base a las características de cada uno a partir de datos genómicos de alta densidad, es decir, muy precisos. Con una duración total de dos años, la iniciativa cuenta con la participación de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional de La Plata, la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (FAUBA), el CONICET y las asociaciones de criadores de dichos animales, como así también las de Hereford y Bosmara.

Partiendo de genomas conocidos como el del perro, la vaca o el ser humano, esta tecnología permite analizar al mismo tiempo todas las combinaciones en la secuencia de un ADN que uno quiera. Entonces, por cada muestra, se obtiene una enorme cantidad de datos que luego se enfrentan a caracteres de interés económico relacionados con el crecimiento, el engorde, la edad y la fertilidad. A su vez, se asocia toda esta información a otra multiplicidad de características ambientales y así es como se realiza la selección animal, no solamente según la mejor raza o familia, sino como resultado de toda esa comparación de factores.

En una primera etapa de investigación, se necesitará del trabajo conjunto de unos treinta investigadores, becarios doctorales y profesionales dedicados a la ciencia. La idea del proyecto es sumar otras asociaciones de criadores de bovinos como así también a otras entidades científicas y tecnológicas relacionadas con esta temática en el país. El proceso se realizará íntegramente en nuestro país bajo la dirección de los doctores Rodolfo Cantet (FAUBA), Guillermo Giovambattista y yo (IGEVET, CONICET-UNLP), todos investigadores principales del CONICET.

Nosotros coordinaremos las tareas del grupo interdisciplinario, que incluirá agrónomos, veterinarios, biólogos, bioquímicos, biotecnólogos, genetistas, estadísticos e informáticos. A su vez, se sumarán los criadores y responsables directivos y técnicos de ambas razas, quienes completarán la cadena para la transferencia y aplicación de la tecnología.

En cuanto a las etapas del programa, ya se cuenta con información genómica de unos 70 toros y se espera poder aumentar considerablemente esta cifra en los próximos meses. Luego, se diseñará un microchip específico para estas razas que se utilizará masivamente y permitirá una mayor información por cada marcador molecular, a la vez que reducirá los costos para hacerlos más accesibles a un mayor número de productores y animales.

Más adelante vendrá la etapa informática y estadística, en donde habrá que procesar miles de millones de datos simultáneamente para poder hacer un ranking de las razas por su mérito genómico. Este proyecto, además, logrará una mayor exactitud de las evaluaciones genéticas que se obtengan y permitirá hacer selecciones sobre características de difícil medición, como la eficiencia de conversión, es decir, la relación entre el alimento que el animal consume y el peso que adquiere mientras lo hace; de baja heredabilidad, como la reproducción; o bien medidas post-mortem, como la calidad de la carne. Esto posibilitará contar con individuos que se reproduzcan con mejores tazas de preñez y destete y que produzcan más y mejor carne con menor necesidad de alimentación.

Que la Argentina cuente con la posibilidad de realizar este estudio es muy valioso, ya que se forman grupos interdisciplinarios en la materia, se desarrollan aptitudes, recursos humanos e infraestructura que se pueden capitalizar para otras especies animales, como así también para el diseño de un biobank, es decir un banco genético, para humanos.

Además, considerando estas etapas iniciales de la selección genómica bovina, se reserva la información a nivel nacional ya que, cuando enviamos muestras para analizar al exterior, ese registro también queda allá. Muchas veces, incluso, se realiza la evaluación genómica en el extranjero, en ocasiones con datos aislados y fuera de contexto, que no son examinados teniendo en cuenta la región a la que pertenecen, algo importante puesto que un animal que vive en la zona pampeana y otro que lo hace en el noroeste de Argentina poseen genética y condiciones de cría muy diferentes.

*Pilar Peral García es investigadora principal del CONICET. Dirige el Instituto de Genética Veterinaria “Ing. Fernando Dulout” (IGEVET, CONICET-UNLP) y es vice directora del CCT-La Plata. Realizó estudios de posgrado en el Departamento de Genética y Mejora Animal de la Universidad de Córdoba, España. Ha desarrollado tareas docentes en varias facultades de la Universidad Nacional de la Plata. Actualmente, se desempeña como Profesora titular en la Facultad de Ciencias Veterinarias de la mencionada casa de estudios, al frente de las materias Genética General y Genética Forense Animal. Ha obtenido subsidios de instituciones nacionales e internacionales. Posee más 70 trabajos originales, libros y capítulos de libro publicados, y ha presentado más de un centenar de trabajos y conferencias en reuniones científicas de la especialidad.