CIPME

Teoría, reflexión y praxis

Una investigadora del CONICET analiza la formación y práctica docente en jardines de infantes donde asisten alumnos de sectores populares.


Ejercer la docencia implica tener que tomar decisiones a diario en situaciones y contextos complejos, algo que requiere no solo de un saber teórico sino también de un saber hacer y un saber ser. Alrededor de esta problemática gira el trabajo de María Soledad Manrique, investigadora asistente del CONICET en el Centro de Investigaciones en Psicología Matemática y Experimental (CIPME, UBA-CONICET).

“El conocimiento que adquieren las maestras durante su formación no está disociado de la práctica en el quehacer diario, sino que se trata de dos campos que se retroalimentan mutuamente”, asegura Manrique que trabaja desde 2004 junto a un equipo multidisciplinario en el estudio de aspectos lingüísticos y cognitivos del proceso de alfabetización de grupos en riesgo por pobreza: niños, jóvenes y adultos analfabetos y minorías étnicas.

Actualmente, conduce una investigación que tiene por objetivo general contribuir al conocimiento de los procesos de formación de educadores de Nivel Inicial.

“Es imprescindible trabajar con aquello que subyace y fundamenta la práctica de cada docente. La teoría se utiliza precisamente como una herramienta para mirar y comprender la realidad cotidiana del aula que por su complejidad requiere de distintas perspectivas de análisis”, asegura.

Entre el año 2009 y el 2011, la científica diseñó una serie de dispositivos de formación orientados al desarrollo de la narrativa infantil en barrios vulnerables del Partido de Tigre en la Provincia de Buenos Aires, con el objetivo de estudiar los procesos de cambio que los docentes de nivel inicial en ejercicio experimentan durante su desarrollo profesional.

Manrique comenta que del trabajo participaron 7 “madres cuidadoras” -educadoras no docentes-, 19 maestras jardineras y los 6 directivos de instituciones educativas a cargo de más de 450 niños entre 1 y 5 años en situación de pobreza. En este dispositivo de investigación – intervención, se emplearon técnicas de autoobservación en video y análisis de las prácticas por parte de cada educador participante, incorporando la teoría como “lente” con la cual mirar las actividades de lectura de cuentos y relatos de experiencias personales.

“Se busca favorecer en cada docente la toma de conciencia de su propio modo de hacer e instalar la autoobservación como modalidad cotidiana. Una mirada crítica que en el día a día dispare preguntas como ¿para qué hago esto? ¿A quién le sirve? Sí el docente tiene la oportunidad de reflexionar sobre sus prácticas, que es lo que busca el dispositivo que implementamos, tendrá la oportunidad de transformar sus saberes en un conocimiento operativo a disposición del desarrollo infantil”, comenta.

La investigadora percibió durante su investigación que en los jardines existen muchos momentos de rutinas que no son los curriculares, como por ejemplo la hora de la comida, y algunas maestras aprovechaban este tiempo como espacio pedagógico.

Según explica, si bien no existe planificación alguna que indique, por ejemplo, qué se debe hacer cuando los alumnos almuerzan o meriendan, dado que trabajar con el lenguaje es favorecer el pensamiento, asegura que el apoyo al desarrollo de la lengua debería plantearse como un objetivo a trabajar de forma transversal en todas las actividades que se realizan y en relación con cada uno de los contenidos escolares

“La transformación de las prácticas de enseñanza es, en primer lugar, el producto de una transformación subjetiva más profunda por parte del docente, de su modo de relacionarse con la tarea que realiza y de su modo de mirar”, concluye Manrique.

La investigación de María Soledad Manrique se inició a partir de una beca doctoral en 2004 en el análisis de la interacción docente – niños en Jardines de Infantes de sectores urbanos marginados.

A partir de los resultados obtenidos, que pusieron de manifiesto el lugar clave del docente como facilitador de oportunidades de aprendizaje infantil, su estudio se ha enfocado desde 2009 en la formación de docentes, particularmente la relación entre sus modelos mentales y sus prácticas y el cambio, bajo la dirección de las investigadoras Ana María Borzone y Marta Souto.

  • Por Alejandro Cannizzaro
  • Sobre investigación
  • Soledad Manrique. Investigadora asistente del CONICET. CIPME.